El libro, no solo como contenedor de conocimiento, sino como transmisor de un legado que es de todos y para todos. Discutir la relevancia que poseen estos guardianes del saber sería un ejercicio mas bien propio de los necios o los entrometidos, de aquellos que ven en ellos un enemigo acérrimo, pues permiten liberar y/o despertar del letargo intelectual a nuestras mentes. Pobres los que sienten la necesidad de manipular, los que creen en la necesidad de ningunear al prójimo.

El libro lleva siglos abordando, desde múltiples perspectivas, las vicisitudes que denotan quiénes somos y por qué hacemos lo que hacemos. En otras palabras, son fieles intérpretes de nuestra realidad, esa que sus autores han sabido reflejar con gracia, temeridad o de forma fantasiosa. Es por ello, que no existe, ni existirá probablemente, mejor ejemplo para trasladar los sentimientos y emociones que configuran la condición humana, esa retahíla de desvaríos y virtudes, complejos e ilusiones, de la que somos y seremos siempre dueños.

Como decía, uno de los principales factores que determinan la importancia --por no decir la imperiosa necesidad-- del libro es su contribución a la difusión del conocimiento, algo que el Servicio Provincial de Publicaciones parece tener muy presente, ya que en el último año han impreso hasta 14.000 ejemplares de sus libros editados, esos que exploran y analizan el territorio, sus tradiciones, monumentos, historia y geografía, sus fiestas... En definitiva, nuestro patrimonio.

En lo que llevamos de año, la Diputación de Castellón ha sacado a la luz un total de seis nuevos títulos --el curso anterior fueron un total de 14 los que se incorporaron en su catálogo--. En este sentido, el diputado de Publicaciones, José Pons, ha explicado esta misma semana que “somos conscientes del valor que tienen estos libros para la provincia”. Pero, exactamente ¿cuál es su valor? La gran mayoría de los trabajos que llegan a publicarse bajo el sello de la Diputación tienen un carácter documental, son estudios rigurosos que normalmente serían de difícil acceso para ahondar en aspectos tan importantes como la arqueología de la provincia o más recientes como el desarrollo de un tejido artístico en la capital de la Plana. En ese sentido, los nuevos títulos que ya se han publicado en este 2014 son: Quaderns de prehistòria i arqueología de Castelló nº31; El universo artístico de Wences Rambla; Villa Filomena. Memoria de una excavación nonagenaria. Un poblado de hoyos campaniforme; Galerías de arte en la ciudad de Castellón (1940-1975); La piedra seca en Fanzara y Los sordos hablamos. ¡Escuchemos!. Mi experiencia en la lucha por las personas sordas.

Pons insiste, por tanto, en el hecho de que “normalmente se trata de información específica relacionada con algún colectivo social o cultural de la provincia, y también delimitando el ámbito geográfico a una zona o población castellonense. Ahí está el interés de estas obras, que nos acercan nuestro patrimonio con la perspectiva de los autores de nuestra tierra, y eso perdurará en el tiempo como un activo más de cara a seguir difundiendo nuestro patrimonio cultural e intelectual como pueblo a las futuras generaciones”.

PARTICIPACIÓN EN FERIAS

Como no podía ser de otro modo, otro factor a tener en cuenta es la difusión de estos trabajos. Así, el Servicio de Publicaciones de la Diputación ha participado en diversas ferias y muestras del libro de toda la provincia --Vinaròs, Benicarló, Castellón, Betxí y Vila-real-- en los tres meses precedentes a este. “Se trata del periodo en el que el libro sale a la calle para encontrarse con sus lectores”, indicó José Pons.