La Dirección General de Tráfico (DGT) ha explicado que no pretende suprimir la luz ámbar de los semáforos, pero ha puesto en conocimiento de las principales ciudades la peligrosidad que puede causar en determinadas situaciones, con el fin de que estas "analicen cuáles son aquellos puntos conflictivos en los que puede interesar eliminar el ámbar para el conductor".

Tras publicar un artículo en su revista, bajo el título 'El peligro está en ámbar', donde se señala que, en ciudades como Burgos se ha constatado su peligro y se han suprimido o modificado algunos tiempos de esos semáforos, la DGT ha detallado su postura al respecto. "El ámbar viene perfectamente regulado en nuestro reglamento de circulación y la DGT en ningún caso pretende eliminarlo de nuestras ciudades", ha precisado el subdirector general de Movilidad y Tecnología del organismo, Jorge Ordás.

Objetivo: evitar atropellos

El problema con los tramos en ámbar se produce, ha puntualizado, "en aquellos tramos de vía en los que hay varios carriles sin intersección o varios carriles con giro a la derecha, y en el mismo lugar hay un semáforo para el vehículo en ámbar intermitente y un semáforo para el peatón en color verde". "En ese caso ambos sienten que tienen la prioridad y se genera un mensaje contradictorio en el que siempre va a salir perdiendo el usuario vulnerable, el peatón", ha agregado.

Al respecto, ha destacado que hay que tener en cuenta que en "esas carreteras de varios carriles, el conductor que circula por la izquierda a veces es obstaculizado por un vehículo de grandes dimensiones y esto le impide ver al peatón que está cruzando la carretera porque ha visto un semáforo verde", lo que puede producir un atropello.

"Por ese motivo desde la DGT se pone en conocimiento de las principales ciudades esta problemática con la finalidad de que analicen cuales son aquellos puntos conflictivos en los que puede interesar eliminar el ámbar para el conductor", ha añadido Ordás, descartando que el organismo se plantee actualmente eliminar el ámbar de los semáforos de pasos de peatones.

El objetivo final del análisis propuesto a las ciudades es, según ha agregado, evitar los fallecidos y heridos por atropello. Según la DGT, en 2020, 35 peatones murieron y 198 fueron hospitalizados tras ser atropellados en un paso con semáforo. En 2019, se registraron 47 peatones atropellados y 317 hospitalizados, "datos alarmantes y motivo por el que esta problemática merece una reflexión".

Además, Ordás considera "positivo" que se haya generado un debate respecto al ámbar del semáforo a raíz del artículo publicado en la revista de la DGT pues, a su juicio, de esta forma se analizarán los puntos más conflictivos con el propósito de que "los peatones dejen de ser los principales agredidos y usuarios accidentados".