Dakar Desert Rally es todo lo que Dakar 18 quiso ser y no pudo por varios motivos. Esta es la sensación que te queda tras echarle el guante y probarlo. Es un juego muy distinto a su predecesor -lanzado en 2018 por Bigmoon Enterntainment, adquirida por Saber Interactive en 2019- por su propuesta, mucho más accesible, y por su enfoque, tan simpático para el jugador casual, como exigente para el más experimentado. Desde Neomotor hemos podido probar Dakar Desert Rally en exclusiva y os traemos nuestras primeras sensaciones.

Desde la misma compañía han admitido reiteradamente su apuesta por ampliar su punto de vista a nuevos jugadores. En una entrevista en la Gamescom para Traxion.GG, Paulo Gomes, director del juego, decía que Dakar 18 salió demasiado rápido por obligaciones de la licencia y que eso les privó de lanzar el juego que querían. Eso no ha ocurrido con Dakar Desert Rally, en el que las prisas no han sido un factor y para el que han dedicado tres años de desarrollo.

Estos tres años han provocado que el videojuego se autoproclame el título oficial de las ediciones 2020, 2021 y 2022 del Dakar, las tres celebradas en Arabia Saudí. Y de hecho lo es, con prácticamente todos los vehículos oficiales, pilotos y equipos -entre ellos Fernando Alonso, Carlos Sainz, Cristina Gutiérrez o Laia Sanz- que han participado en esas ediciones y tramos específicos para cada una, así como etapas nuevas repartidas por un mapa de 20.000 metros cuadrados a una escala 1:25 de la realidad.

Tres modos, muchas experiencias

Recordamos que Dakar 18, lanzado con montones de fallos, era una experiencia pura del Dakar, con su aclamada navegación como su gran baza. Pese a las ayudas, para el jugador casual podía ser un juego tedioso, dejando el título para un perfil de jugador muy marcado. Dakar Desert Rally se desmarca parcialmente de ese enfoque y ha optado por uno que da la bienvenida a cualquier jugador gracias al modo Sport. Este modo propone carreras por posición en las etapas del Dakar, con una navegación simplificada en la que es prácticamente imposible perderse. Los choques están asegurados -de hecho, en las primeras horas en las que hemos podido jugar apenas hemos conseguido terminar una etapa sin algún toque con un rival-.

Es un modo de juego muy divertido que enlaza con otra de las novedades, un sistema de progresión que nos ha parecido un gran acierto. El jugador gana experiencia con cada carrera y dinero virtual -que afortunadamente no se puede comprar con dinero real- para comprar nuevos coches. Es parte de esta progresión ir ampliando nuestro garaje con coches, camiones, motos, SSV o quads. Sí, están todas las categorías, y nos llevará decenas de horas conseguirlos todos. En ese sentido tiene cierto paralelismo a juegos como Gran Turismo y, por desgracia, algunos verán más fiel a los primeros Gran Turismo este Dakar Desert Rally que Gran Turismo 7.

Una vez elegido el vehículo, es decisión nuestra atacar el modo Sport o el modo Profesional para ganar puntos y dinero. En el primero además, si ganamos una etapa con los cinco tipos de vehículo, desbloquearemos vehículos clásicos de la prueba, que hay muchos y suponen un gran aliciente para rejugar sin fin cada etapa. 

El modo Profesional se olvida de las carreras y propone una experiencia más cercana a la realidad, con un roadbook como única herramienta de navegación y el crono como nuestro enemigo. Son las mismas etapas, pero la experiencia es totalmente distinta. Eres tú contra el desierto y este modo se convertirá en el calentamiento ideal para el modo Simulación, Dakar Desert Rally en su vertiente más extrema.

Una vez alcancemos el nivel 25 desbloquearemos el modo Simulación, que ofrece la posibilidad de competir cualquiera de las tres ediciones del Dakar incluidas en el juego con sus etapas específicas, pruebas de entre 10 y 60 minutos en el que el jugador está solo con su roadbook, se elimina cualquier ayuda y todo constituye un peligro. Las reparaciones son más caras y llevan más tiempo, una avería fatal obligará a abandonar toda la prueba y solo se podrá guardar al final de cada etapa, por lo que si se empieza un tramo, hay que terminarlo. Perderse es más fácil y ganar es casi una utopía en un modo en el que el jugador agradecerá ser capaz de terminar cada etapa.

Completar cada edición del Dakar puede llevar de 12 a 15 horas. Multipliquemos eso por las cinco clases de vehículos, por las tres ediciones disponibles y por las horas que nos podemos pasar en el modo Sport y Profesional y tendremos un título de cientos de horas en el que los objetivos, los coches clásicos y la compra de nuevos vehículos nos harán rejugarlo sin cesar. Desde Saber Porto nos confirman, además, que pronto llegarán más mapas y vehículos vía actualización, alargando todavía más su vida.

Conducción exigente

Puede parecer que no destacamos nada malo en este juego, pero es que, viniendo de Dakar 18, este Dakar Desert Rally es todo lo que los fans de este tipo de títulos estábamos pidiendo. Pero claro que hay fallos. La IA debería mejorar en las carreras del modo Sport, por ejemplo, ya que siguen siempre una misma trazada y si la cruzas se convierten en asteroides en rumbo de colisión con tu coche, porque ni se apartarán ni harán nada por no chocar contigo. Asimismo, mientras el motor de daños en el coche es muy convincente, algunas físicas de choque no lo son tanto y tocarse con una pequeña roca puede detenerte por completo.

Por suerte, no es nada grave que no pueda arreglarse vía actualizaciones, como otros problemas que desde Saber ya han detectado y están resolviendo -errores que, aunque nos avisaron, no hemos sufrido en la prueba-. En general la experiencia de conducción es grata, con físicas específicas para cada tipo de vehículo y superficie, con la arena haciéndonos derrapar más de lo preferible sobre arena, con el agua frenándonos de golpe o el asfalto dándonos un buen agarre. Dominarlo es complicado y, aunque se acerca más a lo arcade que a la simulación, los jugadores experimentados encontrarán también un reto por la cantidad de situaciones, con la lluvia, la nieve y hasta tormentas de nieve como ejemplos, que se pueden dar en carrera.

Finalmente, cabe destacar el gran trabajo realizado con el mapa. 20.000 metros cuadrados que podrían haber sido duna y desierto por el handicap de centrarlo todo en un país, Arabia Saudí. No obstante, se ha creado un mundo abierto con paisajes de mar, desierto y montaña muy variado, que además está adaptado para presentar cualquier estación del año, desde el invierno nevado hasta el verano más caluroso, por lo que ninguna etapa es igual a la anterior aunque la repitamos.

En definitiva, Dakar Desert Rally es, sin duda, el juego de conducción del año, y eso que se han lanzado propuestas como Gran Turismo 7 y quedan algunos como WRC Generations. Su propuesta se adapta a cada jugador y su sistema de progresión es realmente gratificante y te anima a lanzarte y relanzarte a cada etapa para conseguir todos los vehículos. Todo, por no hablar del editor de etapas y roadbook, no disponible aún pero que llegará este año gratis vía actualización y que hará de Dakar Desert Rally un juego infinito. Es todo lo que queríamos en 2018 pero que hemos tenido que esperar hasta 2022. Obviamente, tiene algunos fallos, pero pueden arreglarse y las luces son tan intensas que las sombras apenas se ven. A disfrutar, jugadores.

Dakar Desert Rally está disponible para PC, PS4, PS5, Xbox One y Xbox Series S y X.