No es ningún secreto que algunas firmas tecnológicas se han enriquecido gracias a nuestros datos. Facebook, Twitter, Youtube y una gran cantidad de empresas ofrecen su servicio gratuito, pero en realidad sí que pagamos, solo que no nos damos cuenta. Con la digitalización de los coches, esta realidad llega también a la automoción y las marcas no quieren renunciar a un negocio potencialmente milmillonario. Aun así, no tendrán fácil acceder a este nuevo negocio, porque las tecnológicas, como Apple o Google, con mucha experiencia, también quieren su parte del pastel.

De hecho, sacar partido de los datos de los conductores ha sido el principal objetivo que ha estado en el centro del desarrollo de la nueva versión de Apple CarPlay, presentado en el evento WWDC 2022 en junio y que debería llegar en 2023 vía actualización gratuita. Esta nueva versión, como adelantó Neomotor, no solo reproducirá el móvil en la pantalla central, sino que ocupará todas las pantallas del vehículo, incluido el cuadro de instrumentos, con una interfaz totalmente nueva y una oleada de funciones novedosas, como nuevos widgets y aplicaciones.

Apple quiere controlar tu coche

Y es que detrás de esta nueva apariencia, Apple CarPlay no solo ofrecería una integración cómoda e intuitiva del móvil en tu coche, sino que además ganará acceso a información que para la empresa californiana es muy útil. Ya no solo tendrá acceso al historial de navegación, y con ello a los sitios que frecuentamos y a nuestros intereses, sino también a nuestros hábitos de conducción y demás datos que podrá vender al mejor postor para publicidad personalizada. Según McKinsey, estos datos podrían generar un valor de 400.000 millones de dólares al año para 2030. ¿Quién no querría beneficiarse de ello?

Según Apple, durante la presentación de la nueva generación de CarPlay, la marca trabajaba con marcas como Ford, Renault, Mercedes-Benz, Volvo, Polestar, Porsche o Audi, entre otras, para implementar el nuevo CarPlay en su lanzamiento. No obstante, no se han confirmado todavía qué coches lo podrían ofrecer y solo Mercedes-Benz ha confirmado cooperar con Apple, pero sin afirmar que vaya a implementar la nueva versión de la app. 

Reticencias desde la industria

Apple juega con ventaja, porque su experiencia y su prestigio convierte sus productos en opciones que, en muchas ocasiones, gustan más que los propios sistemas de los coches. Pero eso no impide que las marcas automovilísticas, sobre todo las más importantes, quieran imponer su músculo y poner limitaciones a esta invasión que planea Apple. Google por su parte, hace años que dispone de un sistema operativo completo para coches que marcas como General Motors, Volvo, Polestar, Renault o Nissan ya usan en algunos de sus coches. 

Ya con las primeras versiones de CarPlay algunos fabricantes se mostraron reticentes a su implementación. Audi, Volkswagen, la misma Mercedes-Benz son algunos ejemplos de un movimiento contrario a las tecnológicas que lideró Toyota al no introducir el sistema en sus coches hasta 2018. No obstante, Apple se impuso por la voluntad e insistencia de sus usuarios, algo que confía repetir con el renovado CarPlay. Según datos de Autonews, el 98% de los coches actuales tienen CarPlay de serie, mientras el 79% de los compradores solo consideran comprar un coche si ofrece la aplicación.

Muchas batallas han empezado con la electrificación y la digitalización. Algunas relacionadas con las baterías y los componentes, otras por la generación de nueva oferta en algunos segmentos, como los pick-ups. Ahora le toca el turno a los datos, ese activo intangible que todos tenemos, y regalamos, deliberadamente a marcas que se enriquecen con ellos.