2022 empezaba consolidando la subida del Impuesto de Matriculaciónsubida del Impuesto de Matriculación que debía haberse producido el año pasado. Desde el 1 de enero, este gravamen tiene en cuenta el estándar de homologación de emisiones de vehículos WLTP, más riguroso que el NEDC anterior, por lo que vehículos que antes no pagaban o entraban en uno de los tramos menores, saltaron de tramo y pagaron o pagaron más. Por eso, pese a que hasta agosto las matriculaciones se han reducido un 9,4% hasta las 533.042 unidades, la recaudación ha subido, precisamente, un 9,4% hasta los 404 millones de euros.

La cifra de agosto es todavía más espectacular porque el mes pasado las ventas de vehículos nuevos subieron por primera vez en meses, un 9,1% hasta las 51.907 unidades. En ese sentido, se recaudó por el Impuesto de Matriculación un total de 42,1 millones de euros, un 160% más respecto al mes de agosto de 2021, que fue especialmente flojo por la crisis de los chips y la incertidumbre por la pandemia. La media ingresada por vehículo matriculado el mes pasado fue de 752 euros, casi 458 euros más que en 2021, mientras que en lo que va de año la cuota media es de 725 euros frente a los 657 del año pasado.

Desde el sector, además de la subida del gravamen registrada en enero, apuntan a una mayor demanda de vehículos con mayor contenido tecnológico y equipamiento, cuyo precio es más caro y, por tanto, el impuesto también, así como por la subida de precios de los coches por culpa de la inflación y la escasez de chips semiconductores. De hecho, este año el precio medio de los vehículos nuevos es de 21.828 euros, un 7,7% más.

Bajan las emisiones pero pagan más coches

Entre enero y agosto, las emisiones medias de dióxido de carbono de los coches nuevos fue de 122 gramos por kilómetro. El año pasado, esa media habría supuesto que la gran mayoría de los coches no pagaran el tributo, ya que todos los que emitían menos de 144 gramos quedaban exentos. Este año, cualquier coche que emita por encima de los 120 gramos ya debe abonar un 4,75% de su valor.

La subida del Impuesto de Matriculación ha sido toda una historia. Originalmente, el tributo debía subir en enero de 2021 y así lo hizo, pero solo duró seis meses, con el Gobierno congelando la subida y adaptando los tramos impositivos al nuevo estándar de emisiones en junio para volver a los valores anteriores. No obstante, hasta junio se había recaudado un 113% más y cada comprador había pagado, de media, entre 600 y 1.000 euros más. Según datos de la patronal Anfac, en esos seis meses se perdieron un tercio de las ventas por el impuesto. No obstante, entre junio y diciembre la situación mejoró, pero la crisis de los chips impidió que el mercado se recuperara.

A partir del 1 de enero, el tributo subió de forma definitiva, con el Gobierno negándose a nuevas moratorias, afectando al 40% de los coches nuevos. Desde las patronales del sector siguieron alertando de los efectos negativos que podía tener, con Faconauto (concesionarios) cifrando en hasta 100.000 unidades las que podían perderse por la subida del precio. Con todo, la subida del Impuesto de Matriculación es solo un ingrediente más del cóctel que ha provocado que 2022 sea un año negro para el mercado y que siga alejado de las cifras prepandemia.