Porsche es sinónimo de excelencia. Cada vehículo que sale de su fábrica debe cumplir con los estándares de calidad, dinamismo y prestaciones más elevados de la industria. Es el precio a pagar por ser considerada una de las marcas más prestigiosas del mundo y, por ello, cada vez que actualizan un vehículo, el reto es mayúsculo. El Panamera, su gran turismo de cinco plazas, reales, se enfrentó a una ligera actualización para mantenerse al día en la que las principales novedades estaban bajo el capó y en el chasis. 

Pese a que la mayoría de ventas del modelo ya las concentra la variante híbrida, Porsche no reniega de la máxima deportividad con las versiones Turbo, Turbo S y GTS. Esta última, la unidad probada, apuesta por un motor V8 de 4.0 litros y 480 CV, 20 más que su predecesor, y detalles estéticos exclusivos en color negro que contrastan con la carrocería y llantas de 20 pulgadas. Su diseño es totalmente reconocible, con cambios muy sutiles que renuevan su firma lumínica posterior, más parecida a la del 911.

El Panamera es la opción más práctica de la gama para aquellos que quieran espacio para toda la familia pero no quieren rendirse ante los SUV. Pese a que su accesibilidad no es la mejor, por su altura, ya en el interior se ofrecen cinco plazas, en cuatro de las cuales se podrá viajar cómodamente sin problemas de espacio. Por lo demás, mantiene el mismo diseño que su predecesor, con una pantalla para gestionar su sistema de infoentretenimiento, que responde de un modo impecable, y su ya característico cuadro de instrumentos con tacómetro analógico y el resto de relojes digitales y personalizables. El alcántara y el aluminio son algunos de los materiales que conforman su habitáculo.

Un coche, dos almas

En marcha el Panamera GTS tiene dos caras, la tranquila y la brutal. Con los modos más confortables, este gran turismo de 2.095 kilos acelera con suavidad y circula con un aplomo y una finura destacables. Pocos baches se sienten en un vehículo que es realmente cómodo pese a sus características. Nueve litros a los 100 y una maniobrabilidad sorprendente, gracias al eje trasero direccional le permiten desenvolverse con facilidad por la ciudad o la autopista, aunque puede llegar a sentirse algo pesado en el momento de recuperar. Sus más de cinco metros serán un problema a la hora de aparcarlo.

No obstante, al girar el selector de modos del volante y colocarlo en Sport+, el Panamera libera sus 480 CV de potencia, que manda a ambos ejes, con prioridad del trasero, mediante una transmisión PDK automática de ocho velocidades, y permite acelerar de 0 a 100 en menos de cuatro segundos. Su suspensión se endurece y se convierte en un superdeportivo capaz de enlazar curvas con una precisión pasmosa. Ni rastro de la sensación de pesadez en este modo, a cambio de cerca de 14 litros de consumo, en el que la caja de cambios es rápida, impecable, y sus frenos son capaces de detenerlo sin mayores problemas. Su punto flaco, si hay que poner alguno, son los 161.688 euros que cuesta.