El Mini GP no se parece a nada de lo que haya ofrecido la marca hasta ahora. Ni siquiera la variante John Cooper Works del gran Clbuman, el hasta ahora modelo más potente de su historia, con la que comparte motor, es tan radical. Su imagen es tan extrema como su propuesta, que alejará al comprador que busca un coche para al día a día y atraerá al habitual de los circuitos. De hecho, este Mini GP no es otra cosa que un coche de carreras apto para la carretera.

Solo se fabricarán 3.000 unidades de este vehículo, de las cuales 100 llegarán a España, donde todas esperan ya dueño. Este Mini radical parte de la base del Mini tres puertas, el de toda la vida, y lo transforma en una máquina de correr. En el exterior, llama la atención, a primera vista, su enorme alerón trasero, impresionante, pero al observarlo con detenimiento se reconocen unos pasos de rueda ensanchados de plástico recubierto de fibra de carbono, con el número de la unidad, unos enormes frenos delanteros, la doble salida de escape y varios detalles en color rojo chili y negro brillante, como el logotipo de la marca. Sin duda, un diseño que encantará a los fanáticos de la marca y que aportará un extra de atractivo para el comprador neutral.

El interior mantiene el diseño típico del Mini JCW, aunque cambia el cuadro de instrumentos analógico por uno digital, uno de sus grandes aciertos, dándole un toque moderno y personalizable. Las levas, producidas mediante la tecnología de impresión 3D, sustituyen a las típicas de plástico y ofrecen no solo más calidad, sino un aspecto más 'racing'. Sus asientos del tipo baquet son duros, toda una declaración de intenciones, y al mirar atrás no hay banqueta trasera, sino una barra de torreta para ganar estabilidad. Ya hemos dicho que el Mini GP no es para ir a comprar.

Descarga de adrenalina

El Mini GP pasa de cifras. Su tiempo oficial de aceleración 0 a 100 es de 5,2 segundos, una gran cifra, pero que muchos coches en el mercado superan. Sin embargo, son las sensaciones que despierta este coche su gran punto fuerte. Su comportamiento es, simplemente, brutal. El motor es poderoso, muy contundente y acelera y recupera sin pestañear. Es casi intimidante la primera vez que se pisa el acelerador a fondo. La transmisión en los modos automáticos se comporta bien, pero es mejor pasar a secuencial y utilizar las levas o la palanca de cambios para sacar su máximo potencial. Entrega cambios rápidos y precisos.

Su paso por curva es tremendamente estable y su dirección es bastante precisa, por lo que encadenar curvas con este coche se convierte en tu pasatiempo favorito. Todos los componentes mecánicos responden y sus frenos son capaces de domar todo lo que da de sí su motor TwinPower Turbo de 306 CV, aunque a veces no lo parezca. Es una lástima que para disfrutar de una experiencia como la del Mini GP haya que renunciar a elementos prácticos como la banqueta trasera. Su precio en España era de 45.900 euros, pero ya están todos vendidos.