Las calles de Riad, la capital de Arabia Saudí, y de otras ciudades del país estallaron en júbilo tras la victoria de su selección contra la Argentina de Leo Messi (2-1), en la Copa del Mundo de Qatar 2022, un hito histórico que fue recibido, a la par, con mucha incredulidad entre los saudíes.

La televisión privada saudí Al Arabiya retransmitió imágenes desde el centro de Riad, donde cientos de personas se congregaron portando banderas de Arabia Saudí y largas hileras de coches desfilaron por la capital celebrando la victoria de su equipo.

El sonido de los cláxones fue la constante en las calles, que estallaron de júbilo al ver como el cuadro nacional batía a una de las principales candidatas a alzar la Copa del Mundo.

Esa victoria, que puso fin a la racha albiceleste de 36 partidos sin perder, también supuso la cuarta de la historia de Arabia Saudí en su participación en los mundiales.

Las autoridades saudíes tampoco tardaron en reaccionar. El jefe de la Autoridad de Entretenimiento de Arabia Saudí y propietario del Almería, Turki al Sheikh, anunció en Twitter que el acceso en dos parques recreativos de Riad sería gratuito este martes para celebrar la ocasión.

Asimismo, el príncipe saudí Saud bin Salmán, hermano del príncipe heredero y primer ministro de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, publicó una fotografía en sus redes sociales en la que se los veía abrazados y dándose besos con mucha efusividad.

En redes sociales, los memes tampoco tardaron en aparecer. Si al principio del encuentro los saudíes bromeaban sobre cuántos goles les iba a marcar Messi, al término del partido el argentino se convirtió en el objeto de burla por parte de los aficionados árabes.

Una de las publicaciones más compartidas fue una imagen manipulada de la campaña de Louis Vuitton, en la que aparecen Messi y Cristiano Ronaldo jugando al ajedrez. La cara de Messi fue sustituida por la de Salem Aldawsari, el segundo goleador del cuadro saudí que culminó la remontada contra Argentina en el minuto 53.

Asimismo, en otros países árabes y del norte de África, como Egipto, la victoria saudí también fue muy celebrada en las calles e interpretada como un logro de las humildes selecciones árabes contra la todopoderosa Albiceleste.