Los mejores mejores remedios caseros para combatir el dolor de cabeza y la resaca tras las cenas de Navidad

Los excesos de las fiestas hacen que para muchos diciembre sea el mes con más días de jaqueca

O. G. / P. T.

La Navidad es una época en la que solemos pasarnos un poco. Más gastos de los debidos, excesos de comida y demasiada bebida. La mayoría de ellos son inevitables: el consumismo que impera en estas fechas nos hace pensar que cuantos más paquetes haya debajo del árbol, mejor; también es prácticamente imposible librarse de comidas familiares, cenas de empresa y quedadas con amigos. Y, además, hay que reconocer que la mayoría de casos no queremos perdernos todos esos eventos que hacen de la Navidad lo que es: una época de encontrarte con los tuyos y de disfrutar.

Así que, sabiendo que lo de pasar las Navidades sin interacción social es básicamente inviable, solo queda minimizar todo lo posible los daños. Si no se dispone de un presupuesto muy abultado para regalos siempre es buena idea organizar un amigo invisible. Así cada participante tendrá su presente, pero solo habrá que regalarle algo a una persona.

Lo que sí que es casi imposible es evitar comer y beber demasiado en comidas y cenas. Y, como sabes que va a pasar, es mejor prevenir y tener listas las medidas para mitigar las consecuencias del día siguiente. Es decir, la resaca. Si te has pasado con el alcohol en las infinitas noches en las que acabas viendo amanecer, aquí van unos consejos para hacer más llevadero el día después.

Remedios para la resaca

Beber mucha agua

Y también café, té o bebidas isotónicas. Lo importante es mantenerse hidratado y contrarrestar el efecto del alcohol. Además, beber mucha agua ayudará a expulsar las toxinas del organismo y proteger la piel. Pero tiene muchos más beneficios: puede paliar un poco el dolor de cabeza, la sequedad en la boca y el aturdimiento. Pero es mejor prevenir que curar: el truco infalible es pedir siempre un vaso de agua entre copa y copa.

Tomar azúcar

Desayunar puede marcar la diferencia. Y aunque al amanecer con una gran resaca puede que lo último que apetezca sea comer, hacerlo puede evitar muchos males el resto del día. La explicación es científica: cuando el cuerpo descompone el alcohol aumentan los niveles de ácido láctico y esto provoca una caída de los niveles de azúcar. Nuestra propuesta es un batido de almendra y banana: fácil, rico y con un gran aporte de potasio y proteínas.

Dormir, dormir y dormir

Los días de resaca son días perdidos. Es muy difícil ser productivo después de una noche de fiesta, por lo que no merece la pena ni intentarlo. Además, una de las cosas que más contribuye posterior a las jornadas que se alargan hasta el amanecer es la falta de sueño. Por eso, no lo dudes: duerme mucho cuando tengas resaca. Levántate tarde, échate una siesta... El día se te pasará volando.

Evita las grasas

Es verdad que cuando tienes resaca te apetece comida basura. Por varias razones: no hay que cocinar, no es necesario limpiar después porque viene en envases desechables y el cuerpo lo pide. Sin embargo, optar por esto no es la mejor idea. Al final, el estómago sigue intentando digerir sustancias que no le hacen bien, por lo que darle más alimentos insanos no es la mejor opción.

Remedios para el dolor de cabeza

Evita la histamina

En términos científicos, la histamina es una hormona que actúa como un potente dilatador de los vasos sanguíneos y de los capilares que provoca la contracción de la musculatura lisa. Y muchos estudios sugieren que puede causar migraña en ciertas personas. Por eso, hay que tener en cuenta que se puede encontrar en ciertos alimentos y es una buena idea evitarlos si se sufren jaquecas con regularidad. Son los quesos añejos, la cerveza, el vino o el pescado ahumado.

Aceites esenciales

Nunca está mal recurrir al potencial de las plantas ya que está demostrado que tienen muchos beneficios terapéuticos. Para el dolor de cabeza, los más recomendados son los de menta y lavanda aplicados directamente en la zona de las sienes. El olor que desprenden ayudará a mitigar el malestar.

Una toalla fría

Un clásico de madres y abuelas. Empapar una toalla o una compresa con agua muy fría y colocarla sobre la frente o la nuca. Esto disminuye la inflamación, ralentiza la conducción nerviosa y contrae los vasos sanguíneos. Para que el efecto sea más potente aún se puede meter durante una hora en el congelador. Además, así el frío se conservará más tiempo.

Un té de jengibre

Puede que no sea la bebida más agradable y que muy poca gente la prefiera antes de un refresco, pero sus beneficios son infinitamente mayores. Y es que el jengibre contiene muchos compuestos beneficiosos, entre ellos antioxidantes y sustancias antiinflamatorias. Si no puedes ni ver el jengibre y no soportas su sabor no hace falta que renuncies a sus beneficios: existen cápsulas llenas del polvo de esta raíz.