La crisis de precios que padecen los citricultores de Castellón, acentuada en una campaña actual que la propia Unió de Llauradors define como «desastrosa», provoca un incremento de los casos de agricultores que no aguantan más la situación y deciden abandonar sus huertos de naranjas y clementinas. Así lo confirman a este diario tanto la Plataforma per la Dignitat del Llaurador como los sindicatos agrarios.

Los casos se reproducen por toda la provincia, y Mediterráneo ha tenido conocimiento de agricultores que deciden talar sus árboles al menos en Almenara, Moncofa, Vila-real, Castellón, Nules y Betxí. No obstante, varias fuentes del sector aseguran que los hay en todos los municipios con tradición citrícola. El portavoz de la Plataforma per la Dignitat del Llaurador, César Estañol, explicó que los abandonos «más espectaculares y evidentes son aquellos en los que el agricultor decide talar los árboles», pero que los más abundantes son los «silenciosos», es decir, los de aquellos que simplemente dejan de abonar las cuotas de la sociedad de riego o el pozo al que estaban adscritos.

«La decisión de dejar sin riego una parcela no es nada mediática, pero es igual de grave que la de aquel que tala los naranjos, porque los árboles mueren en apenas unos meses y si se quiere volver a producir hay que plantar de nuevo y esperar al menos cinco años», añadió Estañol.

El drama de los abandonos lo puso sobre la mesa esta semana por el portavoz de Compromís en el Congreso de los Diputados, Joan Baldoví, que a la hora de defender una moción de apoyo al sector aseguró que era la «permisividad de las autoridades europeas» la que estaba detrás de estas situaciones, así como de las 220.000 toneladas de clementinas que este año se han quedado sin recolectar solo en la provincia de Castellón. De hecho, la Unió cifra ya en 67 millones las pérdidas en esta campaña.

Uno de los motivos de esta crisis es el aumento de las ventas de cítricos de países como Sudáfrica, Egipto, Turquía o Marruecos en la Unión Europea, que en los últimos años se están imponiendo a los de Castellón gracias a que sus costes laborales y exigencias fitosanitarias son inferiores.

Pese a que este año se agudiza, el abandono de tierras es una constante en Castellón en los últimos años. Según los últimos datos del Consell, que corresponden al 2017, en la provincia hay 35.551 hectáreas de cítricos, mientras que un lustro atrás, en el 2012, superaban las 40.000. H

Los agricultores han pasado en unas semanas de un hondo pesimismo fruto de la «catastrófica» campaña a un cierto «optimismo» que se explica por la visiblidad que sus reivindicaciones han logrado, tanto a nivel político como mediático. Así lo aseguró el portavoz de la Plataforma per la Dignitat del Llaurador, César Estañol, que afirmó que la manifestación de mañana lunes en Nules podría reunir a unas 9.000 personas fruto de esa sensación de que, por primera vez en mucho tiempo, las cuestiones vinculadas al campo son escuchadas en los centros de decisión políticas.

La manifestación de Nules arrancará a las 19.30 horas de la rotonda del Llaurador y se dirigirá a la plaza Major de la localidad, donde se leerá un manifiesto. La mayor parte de las 18 poblaciones convocadas han fletado autobuses para facilitar el desplazamiento de sus vecinos. Mañana también habrá una protesta en Benicarló y en otras doce poblaciones de la Comunitat.

El PSPV estará presente en la manifestación que se celebrará mañana en Nules en defensa del sector citrícola. Los socialistas de Castellón destacan la labor de Pedro Sánchez y Ximo Puig en pro de que la Unión Europea (UE) se implique en la solución del problema.

El PP ha presentado una declaración institucional para que el pleno del Ayuntamiento de Castellón inste a la UE a adoptar medidas para afrontar la crisis e intensificar las negociaciones para que los países socios respeten los estándares internacionales.