Llega la época estival y con ella el calor asfixiante y la agobiante humedad de nuestro clima mediterráneo. Pese a ello somos unos afortunados, pues vivimos en la millor terrera del món, disponemos de mar y montaña y ello nos da mucho juego a la hora de practicar alguna actividad física.

Pero insisto, época estival, por lo que es casi obligatoria una desconexión temporal. Los psicólogos recomendamos un mínimo de dos semanas consecutivas de vacaciones para que cuerpo y mente realmente desconecten. Se debe romper la rutina laboral, académica y también hacer un stop con las obligaciones y rutinas que seguimos durante el año.

Cuerpo y mente necesitan parar, resetear, asimilar y cargar pilas, por ello es positivo realizar un parón en la práctica deportiva. Lo último no se es sinónimo de sedentarismo, pues podemos realizar un descanso activo durante las vacaciones sin seguir un estricto plan de entrenamiento, realizando actividades como pasear, ir en bici, nadar, realizar alguna ruta de senderismo por nuestra bonita provincia…

Utilizo mucho el símil entre la energía humana y la batería de un móvil. En vacaciones hay que ponerse a cargar batería al 100%, ya que sabemos que cuando un dispositivo no tiene batería o le queda muy poca, por más empeño que le pongamos el móvil no funcionará, y esto exactamente nos ocurre a las personas.

Astenia, embotamiento, apatía, dificultad para concentrarse… son indicativos de que nuestra batería está agotada o muy bajita, y además las altas temperaturas del verano acentúan esta sintomatología.

En el running en ocasiones menos es más, por lo que hacer un alto en el camino hará que vuelvas con más fuerza, más motivado y con mayor predisposición a la práctica deportiva.

Una actividad que me gusta mucho proponer, que es económica y que puede realizarse de forma tanto en solitario, en pareja, con familia o amigos, es el Camino de Santiago.

Es una experiencia diferente y enriquecedora, donde conoces a muchas personas ( mucho runner por el camino), ves preciosos paisajes, realizas un ejercicio físico diferente y además te conecta contigo mismo y hace que valoremos algo tan normalizado como una cama confortable, una ducha con agua caliente… y cómo no, te permite pensar y aclarar ideas.

El velocista olímpico Bruno Hortelano realizó el Camino tras el accidente por el que tuvieron que reconstruirle la mano, y siempre cuenta que supuso una maravillosa experiencia y un entrenamiento diferente a su normalizado y estricto plan de preparación.

*Psicóloga deportiva

@mvallsbarbera