El ondense Luis Castany Fornes (10 de septiembre del 1960) se ha convertido en una presencia habitual en buena parte de las carreras populares de la provincia de Castellón, donde siempre se le acostumbra a ver en primera línea de salida.

—¿Por qué siempre se coloca entre los primeros en las salidas?

—Porque así cuando empieza la carrera no me estorba nadie. Si alguien quiere ir más rápido, que me pase, yo voy a mi ritmo, pero si te pones atrás del todo tardas un rato en empezar a correr.

—¿Desde cuándo corre?

—No había hecho deporte desde el colegio, pero en el 2009 el médico me insistió en que caminara una hora al día por el tema del azúcar. Así que al final empecé y unos amigos del Club d’Atletisme Onda me dijeron que fuera a trotar con ellos. Así que en el 2010 empecé en el club y desde entonces hasta ahora. Se ha convertido en un vicio que no puedo dejar.

—¿Qué tipo de pruebas corre?

—La primera que hice fue la de la Fira d’Onda del 2010 y la verdad es que solo hago asfalto. En montaña hice una vez la Montí d’Onda porque la tenemos aquí y había que hacerla, pero no es lo mío. De hecho, cuando hace un par de años me hice una prueba de esfuerzo, el médico me dijo que no hiciera esprints al final de las carreras y que tampoco hiciera montaña porque los pulmones se me resienten al subir.

—¿Suele hacerse la prueba de esfuerzo con regularidad?

—Sí, dicen que es bueno hacerlas cada dos años y yo procuro hacérmela una vez al año. Al final, si te tiene que pasar algo, te acabará pasando, pero es mejor estar un poco más seguro.

—¿Cuál es su prueba favorita?

—He hecho 20 maratones. Aquí en España he corrido en Valencia, Zaragoza, Sevilla o Barcelona, donde logré mi mejor marca, 3.08. Y en el extranjero hace unas semanas corrí el maratón de París y antes participé en el de Sidney, en la Muralla China -donde fui tercero en mi categoría-, en Chicago, en Nueva York, donde teníamos previsto correr el año del huracán y tuvimos que volver el año siguiente, y en Boston dos años después del atentado.

—¿Cómo vivieron esa edición del maratón de Boston?

—Hubo mucha seguridad, aunque aún la notamos más en Nueva York, porque fue un año después del atentado de Boston y en la salida nos cachearon cuatro o cinco veces. En Boston lo que más impresionaba era ver flores en los árboles en la zona donde se produjo el atentado y la emoción con la que lo recordaba la gente.

—¿Con qué maratón se queda?

—Por ambiente y organización con el de Nueva York, todos dicen que es el número 1 y es verdad, es todo un espectáculo y la gente se vuelca en las calles para ayudarte y animarte. Y como algo diferente, el de la Muralla China, que es algo único. Ya corres por la muralla los primeros 8 km, luego sales y vuelves cuando llevas 35, y es muy duro porque son 5.000 escalones de subida, algunos de medio metro. Nunca he visto a tanta gente hecha polvo, así que procuré tomármelo con calma.

—¿Ha participado en el Maratón de Castellón?

—Sí, lo he hecho una sola vez pero fue mi primer maratón, así que lo disfruté mucho porque estaba pendiente de cada detalle. Como era el primero me aconsejaron no ir pendiente del reloj, coger una marcha cómoda y atender a mis sensaciones, así que salí a acabar y me salió de maravilla, lo acabé en 3.28 horas.

—¿Ha corrido más distancia?

—La carrera más larga que he hecho es la Penyagolosa Trails Marató i MIitja. Tengo una panadería en Onda y cada año unos compañeros venían a desayunar antes de la carrera, así que al final les dije que al año siguiente iría con ellos. Empecé a trabajar a las 21.00 horas para tenerlo todo acabado a las 5.00, desayuné con ellos y nos fuimos a la salida. La completé en diez horas.

—¿Qué le ha aportado correr?

—Creo que soy uno de los corredores que más carreras hacen en la provincia, casi cada semana corro alguna. Entreno con amigos y físicamente me encuentro bien, el azúcar y el colesterol están controlados. Una maravilla.