En numerosas ocasiones se habla del estrés, pero ¿en qué consiste este fenómeno psicológico? Se produce la emoción o vivencia de estrés cuando las demandas del medio o de una situación superan a nuestros recursos personales para afrontarlas. Un ejemplo practico sería si yo tengo 1.000 euros y me reclaman 1500, mis recursos personales son inferiores a la demanda.

En deporte vivimos muchas situaciones de estrés debido a las altas exigencias que nos autoimponemos. El estrés tiene consecuencias físicas como el cansancio, emocionales como la ansiedad y cognitivas como los pensamientos destructivos.

Por tanto no debemos exigirnos más allá de lo que podemos tolerar o asumir, es decir, debemos conocer nuestros límites y nuestros mecanismos para afrontar este tipo de situaciones.

En momentos de estrés es bueno detenerse y analizar cuales son las demandas y cuales son los recursos de los que disponemos para ver si disponemos de herramientas suficientes para satisfacer las demandas de un modo físico y mentalmente saludable.

Un ejemplo, las demandas son entrenar 4 días 90 minutos, hacer gimnasio 1 día a la semana y correr una carrera el fin de semana. Nuestros recursos, es decir, nuestro tiempo, es muy limitado ya que salimos de trabajar a las 18.00 horas de la tarde, tenemos que atender otras actividades, el gimnasio está muy alejado de donde residimos y si no es en fin de semana no vemos a nuestros familiares y amigos.

Por tanto ¿realmente disponemos de tiempo y energía para poder cumplir nuestras autoexigencias? Ajustándonos a la realidad, querer cumplir con nuestras exigencias disponiendo de un tiempo tan limitado nos va a provocar un desgaste físico y emocional importante, que dará lugar a una vivencia de estrés, de ansiedad y tensión.

Por ello es bueno saber con qué recursos contamos, ser realistas y ajustar nuestras expectativas a nuestro tiempo, vida cotidiana, conciliación familiar, tolerancia a situaciones ansiógenas… ya que si el estrés por realizar deporte comienza a ser crónico, finalmente acabaremos abandonando la tarea, veremos minada nuestra autoestima y nos sentiremos incapaces, cuando la realidad es que sí lo somos, simplemente no podemos con todo, ya que no somos robots.

Siempre insisto en que el deporte ha de hacernos disfrutar y que nos sintamos autorealizados, y nunca convertirse en un generador de estrés. Asimismo, el deporte aporta numerosos beneficios tanto físicos como psicológicos, que en un proceso de estrés agudo o crónico tiraríamos por tierra, incluso pudiendo llegar a enfermar.

*Psicóloga deportiva

twitter: @mvallsbarbera