La incertidumbre es la falta de certidumbre. Es decir, «temor al no cumplimiento de la obligación con algo» o «duda o falta de certeza, especialmente si provoca ansiedad o inquietud en la persona que la sufre».

La incertidumbre es estudiada en Psicología desde su rama social, y se entiende como una motivación y como la necesidad de confirmar nuestras expectativas respecto algo.

Al hablar de necesidad ya se activan por tanto todos los mecanismos físicos y psicológicos de la persona, por ello el manejo de la incertidumbre es muy importante en deportistas.

Las personas nos movemos en un contexto incierto, en el que no sabemos con absoluta certeza qué pasará, y esto ocurre en todos los escenarios de nuestra vida. Pero quitando situaciones extraordinarias como un problema laboral serio, un pronostico médico desfavorable, situaciones extraordinarias... nos manejamos bien en este mundo caótico.

Sin embargo, en el deporte, a las personas que lo practican les resulta mucho más complicado el manejo de la incertidumbre, y más especialmente cuando se trata de competir. Añadiré que, además, la incertidumbre y el no manejarse bien ante la falta de certeza, provoca sensaciones muy desagradables, pensamientos negativos, ansiedad, falta de confianza, catastrofismo, etc.

¿Cómo trabajarla?

Por tanto, es evidente que aquellos deportistas que no se manejen bien en la incertidumbre, especialmente ante una competición, y que esto les acarree problemática física y psicológica, sería conveniente que comenzarán a trabajar este aspecto limitador ¿Cómo?

Aceptando que la incertidumbre forma parte de nuestra vida. Que cuando te pones en la línea de salida de una carrera ninguno de los participantes sabe con seguridad qué es lo que va a ocurrir pero todos tienen grandes expectativas en conseguir los objetivos propuestos antes de empezar, ya que hay mucho trabajo detrás.

Aceptación de uno mismo

Acepta tu realidad actual, tu estado de forma, tus circunstancias... y en base a ello planifica tus entrenes y tus objetivos. No te crees falsas expectativas u objetivos desmesurados porque esto creará más ansiedad.

Valora las posibilidades

Valora todos los posibles resultados y circunstancias. Un resultado malo, otro bueno, una caída durante la prueba, malas sensaciones físicas... y visualizate como sobreponerte a ello.

¿Qué puedes hacer?

Para reducir la ansiedad pregúntate «¿Qué es lo peor que me puede pasar si la competición va peor de lo que me esperaba?». La respuesta es «nada».

*psicóloga deportiva

@mvallsbarbera