La repetición de varios esguinces de tobillo en un periodo breve de tiempo o su tratamiento inadecuado conllevan una insuficiencia de los ligamentos para controlar la estabilidad de la articulación tibio-peroneo-astragalina.

Es muy importante el diagnóstico exacto y el tratamiento adecuado de los esguinces hasta la recuperación funcional completa para prevenir secuelas, sobretodo, en deportistas con laxitud articular o biomecánica con un apoyo defectuoso.

Se debe sospechar cuando el deportista refiere fallos repetidos ante mínimas irregularidades del terreno que producen una inversión del pie, aunque puede continuar la actividad deportiva. En la exploración se observa un movimiento excesivo de la articulación en varo, valgo y cajón anterior doloroso.

En la radiología o ecografía se observan arrancamientos óseos, engrosamientos ligamentosos o lesiones osteocondrales; y en ecografías funcionales o en estrés se observa un desplazamiento articular mayor que en el tobillo sano.

Un tobillo puede ser laxo por su constitución sin ser inestable; pero siempre un tobillo inestable da maniobras positivas y dolorosas. Debemos descartar la osteocondritis de astrágalo también de curso tórpido.

Ante un tobillo inestable en un deportista de nivel medio-alto el tratamiento suele ser cirugía retensando los fascículos anterior y medio transponiendo su inserción. En ocasiones se ayuda retensando la fascia del pedio. Si los ligamentos son muy frágiles no se puede realizar esta técnica por inadecuada, aconsejando el uso de una tira de fascia, tendón o cinta artificial. El uso del tendón peroneo lateral corto como plastia exige prudencia por ser un importante estabilizador de la inversión del pie.

La recuperación de la estabilidad y su funcionalidad dependerá de la rehabilitación de la contracción de la musculatura lateral del pie y el trabajo propioceptivo. La reincorporación al deporte de competición es de entre tres y cuatro meses.

El tratamiento inadecuado de este proceso puede condicionar lesiones osteocondrales de astrágalo y artrosis tibio-astragalina.

Tratamiento óptimo

El mejor tratamiento de la inestabilidad crónica de tobillo es su prevención con un correcto diagnóstico y tratamiento del esguince en fase aguda; y con un reconocimiento médico en pretemporada que reconozca laxitudes articulares o apoyos inadecuados que se pueden tratar evitando la repetición de los esguinces.

*Especialista en medicina

del deporte