Reconocimiento, premios en metálico, aplausos, medallas, superación personal, satisfacción... Todos estos son elementos motivadores. ¿Cuál es la diferencia entre ellos? Que unos provienen del exterior, es decir, son externos al deportista como un premio en metálico, y otros son internos al atleta como la satisfacción personal.

Hay muchas teorías sobre la motivación aplicadas a la psicología deportiva, y una de ellas es la diferencia entre motivación intrínseca y motivación extrínsenca. Cualquier elemento motivador es válido, siempre y cuando ayude al deportista, pero está comprobado que los elementos internos son más potentes y duraderos que los externos. Pues la motivación intrínseca se asocia a lo que realmente es una afición, es decir, el hecho de que realizar una acción nos resulte satisfactorio por sí mismo, sin esperar ningún tipo de recompensa externa.

Si tu motivación es intrínseca valorarás tu esfuerzo, te fijarás como objetivo y te centrarás en mejorar, disfrutarás del proceso y no solo del resultado... En cambio si tu motivación es extrínsenca valorarás más el resultado final que el proceso, buscarás pruebas en las que obtener incentivos sea más sencillo…

No son excluyentes, es decir, es probable que convivan, pues podemos correr por el simple hecho de que nos guste y que una medalla o un podio nos sirva también de incentivo. Es importante que te conozcas y sepas los motivos por lo que corres y qué tipo de elementos te motivan más, si los internos o los externos.

Respecto al deporte hay un tipo de motivación que responde a aquello de «correr engancha» o «necesito correr», que es lo que se conoce como la motivación cotidiana. Esta hace referencia al interés del deportista por la actividad física sin más que por el placer que produce esta independientemente de los resultados o logros deportivos. Esta motivación va más allá de cualquier triunfo, marca, salud, reconocimiento... pues realmente solo se pretende que la persona se sienta gratificada por el mero hecho de hacer deporte.

Por ello jamás debemos permitirnos el lujo de aburrirnos con el deporte, que la práctica deportiva nos sobrepase, que los objetivos inalcanzables nos frustren, que los resultados esperados no lleguen y no nos sintamos valiosos..., ya que estaremos perdiendo la esencia de la motivación cotidiana, y nos estaremos guiando únicamente por motivos tanto internos como externos desajustados y desadaptativos.

Es necesario, pues, que te valores por simplemente calzarte unas zapatillas y salir a correr, porque aunque a ti no te lo parezca, esto es un hito para miles de personas.

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