Para celebrar que Vilafamés ha sido nombrado uno de los 10 pueblos más bonitos de España, Montañas de Castellón se desplazó hasta dicho municipio para recorrer sus montes y corroborar que si el pueblo tiene un encanto especial, sus montañas están a la altura de esa belleza.

Para la rodada de hoy estrenamos colaboradora, una mujer a la altura de la ruta que os ofrecemos. Si os digo que se trata de Mónica Leandro, igual muchos no sabéis quién es, pero si os digo Moni Mo todos diréis «home claro».

A las 8.15 horas aproximadamente, aparcamos el coche en la Plaza de la Fuente de Vilafamés y el termómetro nos marca -1°, pero no nos acobardamos y comenzamos nuestra ruta. Para salir del pueblo, avanzamos por la calle de la Font, donde pasamos junto a la impresionante Roca Grosa, símbolo de Vilafamés. Desde ahí, enseguida llegamos a la parte alta del pueblo, donde dejamos la población y comenzamos un pequeño descenso por el viejo camino empedrado que nos da una idea de lo importante que en siglos pasados fue esta zona. Realmente nos encandila la belleza de este tramo tan próximo al pueblo.

A pocos metros encontramos a la izquierda el desvío hacia nuestra primera subida, el Morral .

Esta subida es de una gran belleza por su espesa vegetación, y el final de la misma nos depara una de las sorpresas de esta ruta. Primero haremos una pequeña trepada por unas clavijas y luego pasaremos bajo la repisa de las rocas del Morral... espectacular.

Ahí, y tras tener que echar las manos al suelo sobre el rodeno para subir las rocas, aparece la impresionante vista del pueblo desde los 552 m del Morral.

VA DE CLAVIJAS / Tras la obligatoria sesión de fotos parece que ya hemos olvidado ese grado negativo del inicio y a Moni ya le sobra el cortavientos. Nos quitamos ropa y seguimos el bonito cresteo que nos ofrece este tossal para, enseguida, comenzar la bajada hasta que conectamos con la pista. Después de trotar un rato llega nuestra segunda subida, que tenemos a nuestra izquierda. La vista da un poco de pereza por la lejanía de las antenas pero, comenzamos la subida: echamos manos a la rodilla agachamos la cabeza y, en nada, la zigzagueante senda nos conduce a las segundas clavijas de la ruta de hoy. Las vistas son muy gratificantes y compensan el esfuerzo de la subida.

Cuando llegamos a las antenas cogemos la pista que nos conduce al Mas de Panero, uno de los cruces más conocidos por los corredores de trail, por ser el lugar donde la MiM abandona el asfalto del Pou de Mollet y comienza la trialera de bajada hacia la carretera Moró-Vilafamés. En ese cruce giramos a la derecha para encontrarnos de bruces con la subida al Tossal del Mollet, tercera de esta ruta y dónde disfrutamos de subir de manera tendida y pisando esa tierra rojiza tan característica de esta zona, que junto a los carrascales dan un encanto especial al paisaje.

Una vez llegamos arriba, comenzamos una ligera bajada antes de desviarnos a buscar la Senda de la Carbonera, una de mis debilidades donde pasamos por la Cova del Forcat, lugar donde siempre que llevo a alguien hasta allí se queda prendado de su belleza.

Continuamos la bajada atravesando pequeñas tarteras hasta llegar a la pista que rodea el to-ssal, rápidamente cogemos la bajada al barranco y, desde ahí, a la pista que nos conduciría a la carretera, pero antes encontramos una pequeña balsa y junto a ella nos desviamos para enlazar con la senda que nos lleva hasta una cantera. Atravesamos la misma para después coger la última senda, donde pasamos junto la Font de la Triciola y, tras ella, llegamos al camino empedrado por el que comenzamos esta ruta y donde aparece de forma majestuosa Vilafamés con su Castillo, el cuál nos ofrece una imagen digna de los templarios.

Finalmente subimos la cuesta que nos adentra en la población para terminar una jornada de disfrute y sufrimiento por igual.