La maratón femenina de los Juegos Olímpicos de Los ángeles 1984 cambió las reglas de la prueba. Hasta esa fecha, si un atleta recibía asistencia médica durante el recorrido era descalificado. La suiza Gabriela Anderson hizo la entrada al estadio olímpico y los últimos 400 metros más agónicos que se recuerdan.

Totalmente deshidratada, con la pierna entumecida y claramente desorientada, se negó a recibir ayuda médica para no ser descalificada y caminando como pudo, cayéndose y levantándose, cruzó la meta ante un público entregado que aplaudía su gesta deportiva a rabiar.

Hay muchos ejemplos de superación y perseverancia como los de la suiza, en pruebas de tanta dureza física como la maratón, el triatlón, o pruebas de ultrafondo como la MIM o CSP. En estas carreras se demuestra la fortaleza mental y cómo la cabeza tira de un físico extenuado.

Es común ver cómo se traspasan los límites físicos personales, en una lucha interna donde el organismo extenuado es empujado por las ganas, el tesón y la fuerza mental de no rendirse.

¿Cómo es la preparación psicológica para las pruebas de ultrafondo? Al igual que la física, la preparación psicológica se va entrenando y fortaleciendo durante las sesiones de entrenamientos.

1.Dureza del entrenamiento

Estas pruebas requieren de sesiones durísimas, doblajes y volúmenes acumulados que superan los 100 kilómetros semanales. De esta forma, afrontando cada uno de estos entrenos, el runner ya está trabajando la cabeza, ya que un porcentaje muy elevado de deportistas no se sienten capaces de preparar estas pruebas. Solo con la preparación, la criba de participantes ya es muy alta.

2.Convivir con el sufrimiento

Los atletas que disputan distancias de ultrafondo han ido desarrollando una tolerancia al sufrimiento físico y mental semana tras semana.

3.Tolerar el dolor físico

Es obvio que el runner somete a su organismo al límite y que pasada la franja de 30 kilómetros van a aparecer dolores físicos musculares, articulares, calambres, deshidratación, cierta desorientación…el atleta bien preparado desarrolla estrategias para soportar y convivir con el dolor físico.

4.Carga mental

Aparte de someterse a una gran carga física mediante entrenamientos duros y largos, la carga mental es exactamente igual de grande, puesto que el runner es capaz de soportar entrenamientos donde lucha cara a cara con el deseo de abandonar, las dudas, los pensamientos negativos o incluso el tedio o aburrimiento que producen entrenamientos tan monótonos y largos.

Por tanto las cualidades psicológicas para atletas de pruebas de larga distancia son: capacidad de perseverar, capacidad de trabajo y esfuerzo, disposición al sacrificio, tolerancia al dolor físico y resistencia mental.

Lo fundamental antes de participar en estas pruebas es tener muy claro que la dureza y la preparación de la misma es bastante alta, así mismo la inversión de tiempo que queremos y podemos dedicar a la misma, el descanso necesario asociado a tanto esfuerzo y el compromiso que exigen.

Por supuesto es necesario realizar los pertinentes exámenes médicos para asegurarnos de que físicamente podemos soportar este tipo de pruebas.

A nivel psicológico una de las cosas más bonitas que suceden con la preparación de este tipo de pruebas, es el conocimiento de los límites personales y lo realmente grato que resulta superar un desafío personal y deportivo de esta magnitud. De hecho, pasa que quien corre una vez este tipo de pruebas, repite.

*Psicóloga Deportiva

twitter: @mvallsbarbera