A lo largo de la historia la psicología se ha centrado en lo patológico y sus posibles soluciones. En este sentido, la psicología positiva es una corriente que aboga por las emociones positivas, la resiliencia, el flow…

De forma creciente, esta corriente ha ido introduciendo conceptos, metodologías de trabajo y fundamentos sobre el bienestar, la felicidad, la satisfacción… tanto a nivel científico como aplicado para la promoción de la salud de la persona.

La psicología del deporte toma de esta corriente sus fundamentos para aplicarlo al ámbito deportivo y del rendimiento.

La psicología positiva maneja ante todo tres conceptos importantes, empezando por la resiliencia. Esto surge de la tradición latino americana de la capacidad de los niños víctimas de situaciones traumáticas de sobreponerse a las adversidades, experimentando un cambio positivo como resultado del proceso de aprendizaje del suceso traumático. En el caso deportivo, sería como salir fortalecido por ejemplo tras una lesión grave.

El siguiente elemento a tener en cuenta es el flow, el equilibrio entre la capacidad de una persona en realizar una tarea, y la dificultad de la misma. Es el punto óptimo en el que la persona vivenciará esa situación como desafiante y motivante y no como aburrida o altamente ansiógena. En deporte por ejemplo es cuando se consiguen ajustar entrenamientos y estado de forma y el deportista disfruta realmente con lo que hace, ya que le supone un reto diario al que tiene ganas de enfrentarse.

Por último, hay que tener en cuenta el optimismo. Los optimistas son personas que tienen expectativas y percepciones positivas sobre su vida. Las expectativas favorables incrementan los esfuerzos de las personas para alcanzar los objetivos. En deporte no hay que confundir el optimismo con la ilusión o con unas expectativas o retos desproporcionados, sino con la capacidad de esforzarse en conseguir lo que se propongan, sintiéndose capaces de hacerlo y siendo realistas en su cometido.

Los psicólogos del deporte utilizamos mucho las corrientes que nos ofrecen la psicología positiva, especialmente en casos donde el deportista no se encuentra lo suficientemente motivado, no tiene claros objetivos y metas, no sabe en que prueba centrarse, los resultados no están acompañando...Pues al final, como a todo suceso en la vida se le puede dar la vuelta, ser nosotros los protagonistas y los que manejamos las riendas de la situación y enfocar cada lance de una forma positiva y sana. Ya lo dice Richard Bach, ‘Cada problema tiene en sus manos un regalo para ti’, y los optimistas son los que saben apreciarlo.

María Valls

@mvallsbarbera