Es importante el tratamiento adecuado de la tendinitis aguda del tendón de Aquiles para evitar que se transforme en un proceso crónico. En la fase aguda es preciso evitar el impacto, se pueden realizar otros deportes en bici o piscina. Se usa antiinflamatorios, crioterapia (hielo), ultrasonidos, control de apoyos y zancada, con elevación del tacón y programa de fisioterapia y entrenamiento controlado. Se deben introducir estiramientos, ejercicios excéntricos y posteriormente ejercicios propioceptivos.

En la fase crónica, el periodo de reposo debe ser mayor y hay que usar todos los medios necesarios para evitar la degeneración y posterior rotura del tendón de Aquiles. A veces se precisa tratamiento quirúrgico peinando el tendón con incisiones verticales. La cirugía y la inmovilización con yeso pueden producir una atrofia del tríceps sural, riesgo de infección, lesión n. sural y cicatrizaciones dolorosas.

El tratamiento con ondas de choque es muy útil en lesiones crónicas como tendinitis, tendinosis, tenosinovitis, bursitis, fibrosis y calcificaciones del tendón. Se debe realizar con aparatos de alta energía 2.000 impactos, intensidad 5-7, 240 ppm., 3 sesiones con intervalos de 7 días.

Es importante la prevención. Debemos controlar el calzado según las características del deportista y de la superficie de entrenamiento; debemos controlar los programas de entrenamiento, sin excesos. Debemos controlar alteraciones del eje cadera-rodilla-tobillo, morfotipo, alteraciones vasculares y realizar analíticas para controlar hiperuricemia, diabetes mellitus y condrocalcinosis.

La rotura del tendón de Aquiles se suele producir a 2-5 cm de la inserción del tendón en el calcáneo donde existe peor vascularización del tendón. La acción que lesiona el tendón es el despegue violento del pie del suelo con la rodilla extendida. Es muy frecuente en fútbol, básquet, voleibol o en velocistas y saltadores.

La rotura parcial puede ser poco sintomática, con signos similares a la tendinitis crónica, que precisan una ecografía para su diagnóstico y con tratamiento adecuado no precisa cirugía.

La rotura completa produce un dolor brusco e intenso con el signo de la pedrada; en la exploración se observa un defecto de continuidad del tendón. El deportista no puede elevarse sobre la punta del pie lesionado. El signo de Thompson es positivo si al apretar con una mano los gemelos no se produce la flexión plantar del pie por la rotura del tendón. El diagnóstico se confirma por ecografía o resonancia.

La rotura completa del tendón de Aquiles en deportistas suele ser quirúrgico y se individualiza en cada caso (múltiples técnicas). El tratamiento ortopédico puede complicarse con rigidez articular, atrofia muscular persistente, DSR o algodistrofia de Sudeck, recaídas frecuentes o cicatriz fibrosa dolorosa.

*Especialista en medicina de la actividad física y el deporte