En un momento en el que la decisión de comprarse un coche está influida por numerosos factores económicos, medioambientales, e incluso políticos, hay una alternativa que pide hueco en un mercado cada vez más dominado por los híbridos, el gas natural comprimido.

Como abanderado de este combustible en España, Seat ha presentado toda su gama TGI en la que destaca el Arona, el primer SUV en incorporar este sistema bifuel.

Las murallas de Ávila fueron testigo de excepción de la presentación de las nuevas versiones de GNC del León -con un nuevo motor de 130 caballos-, el Ibiza y el Mii, a las que se une el crossover más pequeño de Seat.

Esta apuesta por el GNC está más que fundamentada. En el 2018 la demanda de vehículos con este tipo de combustible aumentó en un 340%. Seat, pese a las restricciones en la producción de la gama TGI debido a la adaptación a la nueva homologación WLTP, aumentó un 70,4% sus matriculaciones de coches de gas con respecto al 2017.

Autonomía Ahora, la marca de Martorell se adapta a las nuevas demandas e incorpora un tercer depósito con el que consigue aumentar la autonomía y ofrecer hasta 410 kilómetros en modo gas, 500 en el caso del León. De esta manera, la gama queda compuesta por un propulsor de 90 caballos que incopora tanto el Arona como el Ibiza, otro de 68 CV para el Mii, el modelo más urbano de la familia Seat, y el 1.5 litros de 130 CV del León. Éste último sustituye al motor de 110 CV que montaba hasta ahora.

Todos ellos están ya a la venta en M-Motor con un rango de precios entre los 10.900 y los 21.920 euros.