BMW ha apostado fuerte por la tercera generación de su compacto, y el trabajo está dando sus frutos. No en vano, es uno de los siete finalistas del Coche del Año en Europa. Pero más allá de los galardones, el modelo alemán ha dejado atrás el pasado y se renueva para marcar el camino de la nueva filosofía de BMW.

cambio de estilo // Lo primero que se distingue es el nuevo diseño, especialmen te apreciable en el frontal que es mucho más llamativo y sugerente. Mide 4,32 metros de longitud, lo que le sitúa ligeramente por encima de su predecesor y, a diferencia de este último, está disponible solo con carrocería de cinco puertas.

Mecánicamente, BMW ha modificado la disposición del motor, y ha cambiado la tracción trasera por la delantera. Para potenciar su gran comportamiento dinámico, la firma propone tres posibles configuraciones en la suspensión, una de serie, otra deportiva y otra adaptativa.

Esta puesta a punto se hace visible en una sensación más que satisfactoria en la conducción en la que destaca especialmente su agilidad y precisión.

La gama de motorizaciones está compuesta, por el momento, por dos propulsores de gasolina de 140 y 306 CV y tres diésel de entre 116 y 190.