Nes la denominación que desde el año pasado distingue a las versiones más prestacionales de Hyundai y el i30 ha sido el modelo encargado de estrenarla.

A imagen y semejanza de otros fabricantes, la marca surcoreana también ha querido dotar a su gama de un toque emocional y el Hyundai i30 N es todo un ejemplo de por dónde van a ir los tiros.

Basado en la carrocería de cinco puertas (aunque en enero llegará también el Fastback), está disponible con dos niveles de potencia, la básica con 250 caballos y la Performance, que suma 25 CV adicionales además de un autoblocante electrónico, frenos más potentes y llantas de 19 pulgadas. Los dos incluyen suspensiones de dureza variable, sistema ‘launch control’ y cinco modos de conducción, con notables cambios de comportamiento entre ellos.

En su configuración más deportiva, el i30 N sorprende por el tacto casi de carreras del cambio, el embrague, la dirección, los frenos o las suspensiones, convirtiéndose en uno de los modelos más deportivos y efectivos de su categoría.