Primero se comercializó el sedán, poco después llegó el Avant y, finalmente, apareció el Allroad. Audi completó en primavera del año pasado la actual oferta del A4 con el lanzamiento de la configuración más campera del modelo.

Como su predecesor, esta basada en la carrocería familiar, aunque ofrece un aspecto claramente personalizado y en línea con el estilo crossover que ahora mismo demanda el mercado. Su carrocería está salpicada con protección que aportan una imagen más musculosa y su distancia libre al suelo es también 34 milímietros mayor que la que ofrece el A4 Avant, gracias a la utilización de una suspensión sobreeelevada y unas ruedas de mayor diámetro.

En el interior, en cambio, el ambiente resulta muy similar al que se puede observar en cualquier otro A4, con un buen espacio para sus cinco ocupantes y un maletero espacioso y de cómodo acceso.

La gama incluye seis motorizaciones -cinco TDi y una de gasolina- con potencias que van desde los 150 caballos del A4 Allroad Ultra a los 272 del 3.0 TDi. Y como es lógico, tratándose de un modelo con pretensiones camperas, todas las configuraciones incluyen de serie tracción integral Quattro, con un diferencial central tipo Torsen en el caso de los diésel. Los precios son entre 2.000 y 4.000 euros superiores a los de un A4 Avant, a igualdad de motor y equipamiento.