La hibridación es uno de los caminos que la inmensa mayoría de los fabricantes van a tener que utilizar para cumplir con los rigurosos limites de emisiones que entrarán en vigor a partir del 2020.

Range Rover no es ninguna excepción y el año pasado ya incorporó versiones de estas características en sus dos modelos más grandes, el Range Rover y el Range Rover Sport.

Disponibles en Británica de Automóviles desde la pasada primavera, los dos comparten una misma unidad de potencia, que combina un motor de gasolina y otro eléctrico para proprocionar juntos 404 caballos. Este propulsor está asociado a una caja de cambios automática de ocho velocidades y al sistema de tracción integral más avanzado de Land Rover, el Terrain Response 2, que aporta un magnífico potencial fuera de carretera, aunque no sea el hábitat natural de un modelo de lujo y representación como el Range.

etiqueta cero Una batería de 13,1 kWh que se puede recargar en un enchufe doméstrico en menos de tres horas -a través de una conexión situada bajo la calandra frontal- permite realizar hasta 50 kilómetros en modo cien por cien eléctrico, característica que le permite disfrutar de la etiqueta ‘0’ de la DGT.

El Range Rover P400e está disponible tanto en configuración de carrocería estándar como la alargada, en cuatro niveles de equipamiento diferentes y, en todos los casos, con el impecable acabado que se espera de un Range. No en vano, los precios arrancan en los 128.300 euros de la versión Vogue.

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