MIKEL PRIETO

Aaudi estrenó a principios de año la segunda generación del A1 Sportback, su modelo más urbano y asequible.

Después de ocho años de presencia en el mercado, el utilitario alemán afila sus armas y apuesta por un diseño claramente más dinámico y deportivo, que le aporta una mayor personalidad. Incluye muchos de los elementos estéticos de sus hermanos mayores y alguno propio, inspirado en el recordado Sport Quattro de los años 80.

Basado en la plataforma MQB-A0 de la que también se derivan sus primos el Seat Ibiza y el Volkswagen Polo, el A1 también ha crecido en longitud (casi seis centímetros) para alcanzar los 4,03 metros. Este incremento de talla le permite ofrecer unas plazas traseras más desahogadas y un maletero de 335 litros de capacidad, 65 litros más que el modelo anterior.

Al contrario de lo que ocurría con la generación anterior, este nuevo A1 solo está disponible en carrocería de cinco puertas y no cuenta con propulsores diésel. Las cuatro propuestas mecánicas son de gasolina y ofrecen potencias que van desde los 95 caballos de la versión de acceso a los 200 de la configuración más deportiva. Todas son de tracción delantera y utilizan cajas de cambio manuales o S-tronic.

En el interior no faltan los detalles premium, la calidad de los materiales es impecable y destacan elementos como la instrumentación digital con el Audi Virtual Cockpit opcional o el completo sistema de infoentretenimiento.