El sector del automóvil, ya lo hemos comentado en otras ocasiones, se encuentra inmerso en un periodo de grandes cambios, relacionados con aspectos tan relevantes como la transición energética, la movilidad sostenible o las nuevas fórmulas de tenencia y uso de los vehículos.

Estos cambios ya están propiciando suficiente incertidumbre entre los usuarios y los compradores potenciales como para que los responsables políticos, lejos de tranquilizar al ciudadano con informaciones precisas y coherentes, echen todavía más leña al fuego lanzando mensajes confusos y, en ocasiones, hasta incendiarios.

La propuesta de prohibir la venta de modelos de combustión en el 2040 que circuló la semana pasada y que la ministra de Industria en funciones desmintió apenas unas horas después no solo resulta tremendamente inoportuna sino que choca de frente con la normativa de la propia Unión Europea.

Sin duda, el sector del automóvil y los usuarios agradecerían mucho más la puesta en marcha de medidas reales que allanen el camino hacia la electrificación de una forma progresiva y efectiva.