Hyundai también se apuntó el año pasado a la moda de los SUV urbanos. Tras el éxito alcanzado con el Tucson, el fabricante surcoreano decidió, como otras muchas marcas, ampliar su oferta crossover con un modelo más pequeño. Y el resultado es el Kona.

Estéticamente muy vistoso, el Kona destaca también por otras características específicas, como su anchura, una de las más generosas entre los SUV urbanos; la presencia de elementos de equipamiento poco habituales entre los coches de este tamaño, la posibilidad de contar con tracción integral o las dos configuraciones cien por cien eléctricas que estarán disponibles a partir del próximo mes de junio.

muy completo La versión probada es, precisamente, la más potente y equipada de toda la gama actual y combina un motor de gasolina con 177 caballos, sistema de tración a las cuatro ruedas y un completo equipamiento que lo incluye prácticamente todo: cargador inalámbrico para el móvil, head-up display, asientos calefactados y refrigerados, tapicería de cuero, llantas de 18 pulgadas, detector de ángulos muertos, alerta de tráfico trasero...

El resultado es un coche ambicioso, que transmite la sensación de pertenecer a una categoría superior y que ofrece una relación precio/equipamiento muy interesante.

Exteriormente, las protecciones que recorren buena parte de su carrocería le aportan un estilo musculoso y robusto. Por su longitud (4,17 metros) se sitúa en el centro de la categoría, pero se desmarca al ofrecer una anchura un poco mayor que la de sus rivales.

Esta circunstancia le permite ofrecer un interior más espacioso, con unas plazas traseras un poco más desahogadas de lo habitual en este tipo de vehículos. A cambio, el maletero resulta más discreto, con una capacidad de 361 litros, por debajo de lo que ofrecen buena parte de sus principales competidores.

En marcha, los 177 caballos de su motor de gasolina se dejan notar, al igual que la tracción integral, una característica que ofrecen muy pocos de sus rivales. La dirección es precisa y directa y la suspensión es firme, pero sin llegar a ser incómoda. En autopista transmite aplomo y en carreteras de montaña se mueve con más agilidad de la esperada.