Desde la aparición del SUV F-Pace, Jaguar ha multiplicado sus ventas en todos los mercados donde está presente. De ahí que fuera lógico para la marca desarrollar su equivalente en el segmento inferior, el E-Pace.

Por tamaño, con 4,39 metros de longitud, el nuevo felino entra en competencia directa con el BMW X1 o el Audi Q3, rivales a los que, por el contrario, supera en achura -roza los dos metros- y en capacidad de maletero, ofreciendo 577 litros con los asientos traseros sin abatir.

Basado en un chasis desarrollado en exclusiva y dotado de sofisticados trenes rodantes, Jaguar anuncia una respuesta tan dinámica como lo son sus líneas exteriores firmadas por Ian Callum. De hecho, es fácil observar multitud de guiños estéticos referidos al deportivo F-Type, desde el diseño de las ópticas hasta el del envolvente salpicadero confeccionado en piel de forma artesanal.

MAXIMA CALIDAD Para garantizar su solidez y fiabilidad, el E-Pace ha sido puesto a prueba en los entornos más duros y extremos del planeta, comenzando por los circuitos de velocidad más exigentes y acabando en el gélido Círculo Polar Ártico, no sin antes visitar desiertos africanos o remotas regiones de China.

Con ello se ha podido asegurar que todos sus componentes, incluido el abundante y avanzado equipamiento presente en cualquiera de los cinco niveles de acabado resistirán a la vida intensa que los propietarios más activos puedan llegar a darle.

Esta resistencia también se hace extensible a las mecánicas,que en este caso, tanto diésel como gasolina, corresponden a distintas versiones de los motores Ingenium. Todas ellas pueden ir asociadas a cambios manuales o automáticos y a sistemas de tracción delantera o total.