Este año 2018 está siendo intenso para BMW. Tras el lanzamiento al mercado del primer X2, la marca alemana anuncia la cuarta generación del que fue su primer crossover, el X5, y pone al día de esta manera la familia X.

El nuevo X5 crece en todos los aspectos ofreciendo ahora una longitud de 4,92 metros, casi cuatro centímetros más que su predecesor, dotándolo de una apariencia más imponente.

A estas nuevas medidas hay que sumarle diferentes elementos tecnológicos que BMW incorpora, por primera vez en uno de sus modelos, como el asistente de marcha atrás, que asume el control de la dirección cuando se va marcha atrás a lo largo de un trayecto que previamente se ha recorrido hacia delante. Estrena también el Sistema Operativo BMW 7.0, un dispositivo multimedia que permite una mayor personalización mediante una pantalla de 12,3 pulgadas.

A todo este nivel tecnológico hay que sumarle el conjunto ampliado de ayudas a la conducción y el Live Cockpit Professional que viene de serie.

Novedades También hacen su estreno en la gama X la suspensión neumática de doble eje, la dirección activa integral y el paquete Off Road. Los clientes podrán elegir, además, entre la variante xLine, que ofrece un acabado más campestre con la rejilla frontal en aluminio mate y barras en el techo, o la M Sport, que lo dota de un aspecto más deportivo con los paragolpes pintados del mismo color que la carrocería.

Llegará al mercado en noviembre e inicialmente estará disponible con un motor de gasolina con 340 caballos y dos diésel de 265 y 400 CV.