El obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, cumple una década al frente de la diócesis. En una entrevista hace balance de sus 10 años de mandato y asume como retos recuperar la esperanza y la ilusión en un contexto de cierta indiferencia hacia la fe, de un laicismo excluyente. “Yo creo que hay que trabajar y mucho para ayudar a los bautizados a continuar en la fe, desde donde hay que plantear también la vocación al ministerio ordenado y también al matrimonio, a la familia cristiana, y a la vida consagrada. Un tema que también es urgente es el acompañamiento a los matrimonios, la pastoral familiar, a lo que va muy unido la pastoral de jóvenes”, señala el prelado. Aunque reconoce que “a veces las circunstancias externas, el alejamiento de la fe y las prácticas de algunos cristianos, nos desalientan”.

Entre sus motivos de “alegría” se encuentra, dice, el haber ordenado alrededor de 30 sacerdotes, con una media de tres sacerdotes por año.

También se congratula de las visitas pastorales, fundamentalmente el encuentro con los enfermos, el encuentro con los más necesitados, los que están en las cárceles, el jubileo con 1.500 niños, haber concluido las obras de la concatedral, haber celebrado el 50º aniversario de la diócesis en la actual configuración, los dos años Marianos de Lledó. Sobre todo, señala, “cuando en las parroquias en que se me acerca una persona y me dice que le ha tocado una palabra del evangelio o de la homilía. Y le ha tocado el Señor, que es lo fundamental”, argumenta.

“La cárcel --indica-- me ha tocado de manera especial”. Así, destaca que “el sencillo gesto de darles un abrazo a cada uno después de haber abrazado ellos la cruz y verles llorar te das cuenta de que ahí Dios está actuando”.

A lo largo de este decenio, ha recorrido 337.000 kilómetros en sus 9 visitas pastorales a los arciprestazgos, ha confirmado a unas 1.200 personas, ha ordenado a 36 sacerdotes, ha inaugurado la Casa Sacerdotal y reabierto el Seminario Menor Mater Dei.

Ha inaugurado la Casa Cuna de Castellón, ha promovido muchas colectas y gestos caritativos con los más necesitados, como la creación de la Mesa para Ayuda a los Refugiados y la reciente colecta en favor de Ucrania. Con motivo del Año de la Misericordia, ha impulsado el proyecto Sí a la vida. Casa de Misericordia, para adolescentes embarazadas.

En el ámbito de infancia y juventud, el obispo ha impulsado el oratorio de niños pequeños y el Teen Star. H