El Gobierno trata a la desesperada de acabar con el déficit de la Seguridad Social. Unos números que llevan años en rojo y que cerraron el 2017 con un desfase de 18.000 millones de euros, de los que casi 415 millones corresponden a Castellón. Hay que incrementar los ingresos como sea y una de las medidas que plantea el Ejecutivo de Pedro Sánchez es elevar las cotizaciones de todos los trabajadores con los sueldos más altos. Y esa iniciativa afectará en la provincia a 11.000 asalariados, que cobrarán un poco menos. A sus empresas también les afectará y les tocará pagar más.

Aunque la propuesta llevaba años sobre la mesa, nadie se había atrevido a sacarla adelante. Hasta ahora la Seguridad Social no grava la totalidad del salario si este supera los 3.751,2 euros brutos al mes (un límite que se elevará a 3.803,7 a partir de este agosto, tras la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado). Hasta esa cantidad (unos 45.000 euros brutos anuales) se aplica el tipo de cotización estándar del 28,3% del que la empresa asume un 23,6% y el trabajador el 4,7% restante. Pero si la nómina excede esa cuantía, es decir, es superior a los 45.000 euros al año, la parte sobrante queda exenta. La propuesta del Gobierno central consiste, básicamente, en eliminar esa base máxima de 3.751,2 euros y que todo el salario quede sometido a cotización. Una medida que permitiría a la Seguridad Social recaudar unos 4.500 millones de euros más cada año.

LAS EMPRESAS, EN CONTRA // De los 241.000 asalariados con los que cuenta Castellón, 11.071 perciben más de 45.000 euros brutos al años, según los últimos datos que maneja el Ministerio de Hacienda. De esos, 7.760 trabajadores cobran una media de 54.417, mientras que otros 2.097 perciben un promedio de 78.141. Los ingresos de otros 1.214 ascienden a 153.612 euros. En total, serán algo más de 11.000 los asalariados a los que afectará la medida.

Pero, ¿qué consecuencias prácticas tendría la eliminación del tope de cotizaciones? La medida afectará tanto al profesional como a la empresa para la que trabaja. Aquellos trabajadores que perciben unos 55.000 euros brutos al año pagan ahora 178,75 euros al mes (2.145 euros al año) en concepto de cotizaciones sociales, una cifra a la que hay que sumar los 897,5 euros (10.770 al año) que asume la empresa. Si se destopan las cotizaciones, y según cálculos del Gobierno, esos cobrarían unos 39 euros menos al mes (470 euros menos al año). Las empresas pagarían 2.360 euros al año más por las cuotas de estos trabajadores, rozando los 200 euros más al mes. El recorte salarial se elevaría a los 78 euros al mes ó 940 euros anuales menos en el caso de los profesionales con sueldos de 65.000 euros al año. Y los empresarios tendrían que pagar a la Seguridad Social 4.720 euros más al año.

Con estas cifras,es fácil entender que la patronal ha manifestado ya su oposición total. El presidente de la CEOE, Juan Rosell, ya ha advertido que la eliminación de la base máxima de cotización va a suponer un coste para las empresas y para los trabajadores que repercutirá en el empleo.

El destope afectaría solo a los asalariados y no a los trabajadores por cuenta propia que, tal y como está configurado el régimen de autónomos, pueden elegir la base por la que cotizan, aunque el Gobierno también pretende poner patas arriba el sistema para que los emprendedores aporten según sus ingresos.