Los mayores de 65 años suponen el colectivo más castigado por la crisis del coronavirus. Suman más de 112.000 personas en la provincia, uno de cada cinco castellonenses. A la mayoría le encantaría poder volver a hacer vida normal. Ayer, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunció que las personas mayores también se podrán beneficiar «con toda seguridad» de la apertura a los paseos desde el 2 de mayo en caso de que los indicadores de la pandemia de coronavirus permitan tomar esta medida de alivio del confinamiento.

Pese a este anuncio, la conciencia de que son el colectivo más vulnerable está presente. «Deberíamos ser los últimos porque somos los más débiles ante el virus», defiende Juan de la Torre, miembro del Consejo del Mayor de Castelló. «Ninguno de nosotros está preparado para elegir la mejor opción», indica, apelando a hacer caso al Gobierno y a sus técnicos. Aunque «no estamos en condiciones de esperar muchos años, los que nos queden los podemos recuperar», confía.

Echan de menos tomar un café o almorzar con los amigos. Ir al local de jubilados. Tienen nietos, a los que añoran. Muchos se comunican por videoconferencia. «Estas situaciones siempre las hacen pagar al más mayor y menos pudiente», indica De la Torre, añadiendo que «la parte más angustiosa está en quienes carecen de gente próxima».

También reconoce la «psicosis» de quienes están en residencias y sus familias: «Hay incertidumbre y pánico cerval», añade. Y es que los datos en los centros de mayores de la provincia son duros. Cerca de la mitad de los 177 fallecidos en Castellón vivía en geriátricos. Ahora hay casos positivos en 16 centros y nueve de ellos están bajo vigilancia sanitaria.

Además, justo ayer fallecieron dos usuarios más de la residencia de Morella, lo que eleva la cifra total a 23 en este centro de mayores. H Informa: J. Ortí