A muchas empresas de Castellón la fecha del pasado 12 de mayo no se les olvidará tan fácilmente. Este día entró en vigor el control horario de jornada, que en la práctica obligaba a todos los trabajadores a fichar y a sus empresas a pagarles todas las horas extraordinarias. ¿El objetivo? Luchar de forma efectiva contra las horas extraordinarias no pagadas y acabar con un fraude que, como explicaba hace unos meses la ministra Magdalena Valerio, no afecta solo a los trabajadores sino también al erario, ya que las empresas no cotizaban por esos excesos de jornada no remunerados. Cuatro meses después de la entrada en vigor de la normativa, empiezan a verse los primeros resultados. En Castellón, la obligatoriedad de fichar ha reducido en un 10,6% el número total de prolongaciones de jornada, pero sin embargo no ha logrado frenar las que se hacen sin remunerar.

Aunque los expertos aseguran que todavía es pronto para analizar a fondo los efectos que va a tener esa iniciativa en la práctica diaria de las pequeñas y medianas empresas de la provincia (casi la totalidad de las grandes compañías tienen sistemas de control desde hace años), la última Encuesta de Población Activa (EPA) ofrece las primeras pistas. En Castellón, y según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) facilitados a este periódico, durante el segundo trimestre de este año se han realizado 135.000 horas extraordinarias a la semana. La cifra supone una caída del 10,6% respecto al trimestre anterior, cuando todavía no había entrado en vigor el registro horario. O dicho de una manera más clara: 14.400 horas extra menos a la semana. 2.800 menos al día.

Ese bajón del 10% es todavía más brusco si se analizan solamente las horas que, tal y como marca la ley, el trabajador cobra por haber alargado su jornada laboral. Así, las horas extra remuneradas han descendido en la provincia un 27%, desde las 102.000 a la semana del primer trimestre del año a las 79.900 durante el periodo que va de abril a junio. En cambio, las que no se pagan han seguido aumentando, de las 47.400 a la semana de enero a marzo a las 55.100 del segundo trimestre de este ejercicio.

En el conjunto de la Comunitat Valenciana, la tendencia es muy similar y las horas extraordinarios (pagadas y no) también han bajando desde las 1.079.000 a las 9.89.200, siempre comparando los mismos periodos de tiempo.

Los sindicatos aplauden los efectos del control horario, una norma que nació con polémica y con muchas lagunas. «Todas las empresas tienen la obligación de cumplir con la normativa y tenor de los datos de la EPA parece que sí está funcionando. Otra cosa es saber si esa reducción de las horas extra se está traduciendo en un incremento de las contrataciones. Eso todavía está por ver», apunta Albert Fernández, responsable de Empleo y Salud Laboral de CCOO en Castellón.

Pese a que las cifras oficiales hablan de un descenso de las prolongaciones de jornada, la realidad en Castellón es que hoy, y pese a la ley de control horario, se siguen haciendo más horas extraordinarias que en los años 2009, 2010 y 2011, los peores de la crisis económica. En aquella época, los trabajadores de la provincia realizaban una media de entre 58.000 y 95.000 a la semana. Hoy son 135.000.

La entrada en vigor, a mediados del pasado mes de mayo, de la normativa que obliga a las empresas a registrar la jornada de sus asalariados disparó las ventas de dispositivos para fichar, un boom que ahora se ha frenado. «Mayo y junio fueron una locura y se acabaron todos los estocs», apunta Javi Ortí, responsable de la empesa Miorti de Castellón. «Todavía realizamos alguna instalación de sistemas de control de presencia, pero la demanda ha caído bastante», añade.