El pleno del Ayuntamiento de Castellón de diciembre del 2003 aprobó la compra del asilo de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados por 16,8 millones de euros --a pagar durante seis anualidades-- con los votos a favor del PP, el PSPV en contra y la abstención del Bloc.

16 años y cuatro mandatos después (con José Luis Gimeno, Alberto Fabra, Alfonso Bataller y Amparo Marco de alcaldes), el majestuoso edificio que hace esquina entre la calle Gobernador y la avenida del Mar, sigue intacto. En desuso desde el 2008, cuando las monjas y los ancianos se trasladaron al nuevo geriátrico frente a la basílica del Lledó, y con aluminosis detectada en el año 2014, su futuro está en el aire, pese a su situación privilegiada en el mismo centro de la capital, que lo hace apetecible para decenas de proyectos.

Se han barajado muchos. Uno de ellos que fuera el nuevo ayuntamiento, pero la operación del equipo de Marco con la Generalitat para reformar el cercano edificio de los antiguos juzgados de Borrull, y las elevadas cifras que se manejan para darle un nuevo uso hace que todo quede sobre la mesa. De lo último que se habló fue de abrir el jardín al uso público, como reclamaban los vecinos; y de elaborar un estudio técnico para conocer el estado del edificio, que llegó a aprobarse en mayo del 2018 a propuesta de Castelló en Moviment y con el apoyo de PP y Ciudadanos. El gobierno (PSPV y Compromís) votó en contra y concretaron que habían estimado en unos 700.000 euros la obra de demolición y en 50 millones la reforma, por lo que descartaban por el momento ninguna obra de envergadura.

Hace pocos días, representantes de todos los grupos de la corporación visitaron el asilo. Recorrieron el jardín, las habitaciones, los largos pasillos y seguro que cada uno imaginó un futuro diferente para este gigantesco edificio. Posiblemente lo plasmarán en los programas electorales que diseñan ya cara a las elecciones del 26-M.

La alcaldesa, Amparo Marco, explicó que «el asilo es una herencia envenenada y un fiasco del PP», y reconoció a este periódico que «a estas alturas de mandato no hay ningún proyecto para asumir la recuperación del inmueble». Miró hacia el futuro y dijo que «habrá que esperar a afrontarlo a partir de este 2019, cuando se pueda definir un proyecto viable y con una financiación sostenible».