La conjunción de intereses por parte de Atitlan y Obinesa, cuyas entidades ya vienen trabajando al unísono desde el pasado mes de septiembre, llega en un momento de franca recuperación por parte del grupo castellonense tras años complicados desde el estallido de la crisis. Así, Obinesa cerrará 2017 con más de 400 millones de euros de facturación.

De este modo, lejos queda ya el periodo de refinanciaciones de deuda. Esta llegó a superar los mil millones de euros. En un primer momento se redujo a algo más de 400 millones. La entrada en Atitlan en el grupo Obinesa ha supuesto en última instancia una reducción adicional de 360 millones de euros.

Esta situación abre grandes expectativas al grupo ya que le permitirá diseñar una nueva estrategia de crecimiento, además de potenciar marcas propias como la azulejera Saloni, Tetma o Centre Verd, la constructora Becsa, la división de automoción o, en el área de materiales de construcción, Origen Materiales y Cementos Elite.