El 30% de las 600 enfermeras que conforman la plantilla del Hospital General de Castelló sufre el síndrome de burn out, más conocido como el del profesional quemado, según advirtió ayer el sindicato SATSE, quien aclaró que este dato es «extensible» a todo el departamento de salud de Castellón, al de Vinaròs y a la Plana. SATSE realizó una recogida de firmas a las puertas del General para reclamar que aumenten las plantillas de enfermería en los centros sanitarios ante el incremento de quejas de los usuarios y el aumento de la presión asistencial. El acto se convirtió en una concentración que reunió a cerca de 300 profesionales sanitarios, ya que también se adhirió una protesta de Intersindical «porque la situación en Urgencias es insostenible».

SATSE ha realizado un estudio sobre las necesidades reales de personal, donde se recoge que Castellón cuenta con 4,71 enfermeras por cada 1.000 habitantes, mientras que la media española es de 5,3 y la europea de 8,8. Por tanto, para adecuarse a esta última se requeriría la contratación de 2.059 profesionales.

Ante esta situación, el sindicato está llevando a cabo una iniciativa legislativa popular (ILP) que busca garantizar por ley un número máximo de pacientes por profesional de Enfermería en la Comunitat. En la provincia trabajan ahora 2.745 enfermeras, de las que 1.839 lo hacen en el sistema sanitario público.