Alrededor de 5.000 castellonenses -2.000 solo en la capital- padecen un trastorno mental grave (bipolar, esquizofrenia), a los que hay que sumar los que sufren una patología similar leve como, por ejemplo, depresiones menos graves, insomnio o trastornos adaptativos motivados por el fallecimiento de alguien querido o por la falta de trabajo. Una cifra que podría crecer, ya que existen muchas personas que todavía no están diagnosticadas.

Así lo confirma el psicólogo de la Asociación de Familiares por los Derechos de las Personas con Enfermedad Mental (Afdem), Vicent Savall, quien detalla que en la asociación «atendemos más gente que antes y hay quienes a los 17 años ya comienzan a buscar ayuda». Savall, que afirma que el número de afectados se reparte al 50% entre hombres y mujeres, destaca que la provincia de Castellón cuenta con siete recursos para tratar a niños y adolescentes y 40 a los adultos.

En este sentido, el representante de Afdem indica la necesidad de que exista más planificación de los recursos «porque hace falta una red de salud mental que atienda a toda la diversidad» y que la atención a estas personas se «adapte a la actualidad».

También pide «una apuesta decidida por la inserción social y laboral de estas personas porque el hecho de haber padecido esta enfermedad supone un estigma», continúa Savall, tras reclamar una mayor atención domiciliaria para los afectados y una red de coordinación entre las consellerias de Sanidad, Igualdad y los ayuntamientos «porque ahora todo está muy segmentado».