"Dicen que el amor es para toda la vida, pero no es verdad, hay que cuidarlo mucho y lo que queda es la convivencia, que a veces es muy difícil". Podría parecer que quien lo dice es una persona solitaria que jamás ha encontrado pareja estable, pero la voz es de Dolores Garrido, que no ha conocido otro hombre en su vida que Fernando Segarra, por lo que habla con conocimiento de causa: «Cuando empezamos a salir tenía 15 años, así que prácticamente fue él quien me acabó de dar el biberón. Estuvimos ocho años de novios y ahora hemos cumplido 50 desde nuestra boda. Ha sido mi único hombre», añade.

Dolores y Fernando componen una de las parejas homenajeadas recientemente en el Ayuntamiento de Castelló por sus Bodas de Oro. Han tenido a bien atender a Mediterráneo para desvelar el secreto de su relación, al igual que lo han hecho Sacramento Sánchez y Gabriel Calle (imagen inferior). «Si me quedara sin él no me buscaría otra persona ni de coña. Me iría a los bailes con las amigas y a pasármelo bien porque la vida es corta, pero no quiero más hombres que él», confiesa Sacri, que ha estado junto a su marido durante la dura enfermedad de este: «Le operaron tres veces en ocho meses y nos lo pasamos muy mal. Hemos pasado de todo, pero por suerte sigue aquí».

El mejor momento de sus vidas

Las últimas voces de estas tres historias que bien podrían protagonizar películas como Love actually son las de Fina Ruiz y Juan Edo (imagen inferior). Se conocieron hace 55 años en un baile de la Gaiata 8, «cuando esta gaiata se plantaba en la Plaza Santa Clara», y desde entonces ya no se han separado. «El momento más bonito de todo este tiempo es cuando conos conocimos», recuerda Juan, que desvela uno de los secretos de su relación: «Por cuestiones laborales hemos tenido que estar mucho tiempo fuera de Castelló. En Amposta pasamos 44 años, pero en todo este tiempo solo hemos faltado una vez a la Magdalena. Igual el secreto es ese», afirma con una sonrisa. «Nos hacemos mucha falta, aunque solo sea para reñir. Nos necesitamos», apostilla.

A diferencia de las parejas anteriores, los hijos de Fina y Juan no les han dado la oportunidad de tener nietos: «Tenemos dos hijos de 44 y 49 años que son muy independientes y no tienen pareja. Sí que nos hubiera hecho ilusión tener nietos como nuestros amigos, pero no se puede obligar a nadie», reconoce la mujer, que también es capaz de ver la cara de la moneda en esta situación: «Al no tener nietos podemos ir donde queramos. No tenemos ninguna obligación».

Sí que tienen cuatro nietos Dolores y Fernando (imagen inferior), que no ocultan que no pudieron disfrutar de sus hijos tanto como les hubiera gustado en su juventud. «Hemos trabajado mucho; de sol a sol. Tanto dentro como fuera de casa. Ahora los jóvenes están siempre cansados», bromea ella, que ve respaldada esta tesis por su marido: «A mis hijos casi les veía solo los fines de semana. Cuando iba a trabajar aún estaban acostados y cuando regresaba a casa ya estaban metidos en la cama».

El mejor secreto anti-divorcios

Preguntando a estos especialistas en el amor por cuál es su secreto para no haber roto la relación después de este decalustro juntos destapan sus diferentes teorías. «El secreto es la paciencia. Aguantar las manías del otro», afirma Gabriel. «Yo cuando empezamos a discutir me voy, me doy una vuelta y en un rato ya vuelvo», secunda Dolores. «En un matrimonio siempre hay riñas, así que si no quieres a tu pareja no podrías estar tantos años. Las reconciliaciones son bonitas también», afirma Juan, que ve su teoría ampliada por su propia esposa: «Si el otro tira de la cuerda, tú a veces tienes que aguantar para que no se rompa».

En resumen queda claro que el amor no tiene fecha de caducidad, por lo menos para estas firmes parejas de Castelló que cumplen 50 años como casados en los que han estado unidos a las duras y a las maduras.