Cuando se dice que el mercado laboral solo ofrece a los trabajadores contratos precarios quizás se exagera. Pero hay datos que contribuyen a alimentar el mito. Un ejemplo. De los 76.454 contratos de obra y servicio que se firmaron en 2018 en Castellón, el 9% duraron menos de siete días. Todo un récord. Y con los eventuales por circunstancias de la producción ocurre algo muy similar: el año pasado se registraron en la provincia 114.852, de los que algo más de la mitad (65.387) fueron trabajos de 30 días o menos. Esa menguante duración de los acuerdos laborales, asociada directamente a la precariedad, va a tener consecuencias. A partir de ahora los contratos de muy corta duración, aquellos cuya fecha de caducidad ni siquiera llega a los cinco días, serán penalizados y las empresas van a tener que pagar más dinero en concepto de cotizaciones sociales.

Los datos que maneja el Ministerio de Trabajo y Seguridad social reflejan a las claras el peso que están alcanzando en Castellón los contratos de trabajo de temporalidad extrema, aquellos que no permiten a los trabajadores hacer planes más allá de una semana. En 2018 se firmaron en la provincia 6.715 contratos que tuvieron una duración inferior a una semana, un millar más que un año antes. Y ese es uno de los caballos de batalla del departamento que dirige la ministra Magdalena Valerio, que ha aprobado un un Real Decreto-Ley para luchar contra el empleo precario, «y más concretamente contra el abuso de contratos temporales de corta duración». A partir de este mismo mes de enero, los contratos que duren cinco días o menos (una semana laboral) verán incrementado el coste por contingencias comunes en un 40%. La única excepción se producirá en los que se firmen en el Sistema Especial para Trabajadores por Cuenta Ajena Agrarios.

Este tipo de contrataciones ya estaban penalizadas por la Ley de Seguridad Social. El recargo en las cotizaciones que se aplicaba hasta ahora para los de siete días o menos era del 36%, por lo que la medida impulsada ahora por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, y que acaba de entrar en vigor, incrementa en cuatro puntos la penalización. ¿El objetivo? Poner freno al empleo de temporalidad extrema y aumentar el volumen de recaudación de la Seguridad Social. La penalización afecta sobre todo a la hostelería, uno de los sectores que más recurre a este tipo de contratación para asegurar a los extras, trabajadores temporales para cubrir picos de demanda en puentes, vacaciones, bodas, bautizos o comuniones.

EL TRABAJADOR, MÁS PROTEGIDO // Además de endurecer la penalización para este tipo de empleos, el Gobierno ha equiparado la protección social de los trabajadores que suscriben este tipo de contratos con quienes firman contratos con una duración más amplia- Por eso, cada día de trabajo de estas personas se considerará como 1,4 días de cotización, a efectos de reunir un mayor número de días en alta para acreditar los periodos de cotización necesarios para tener derecho a prestaciones del sistema como jubilación o incapacidad permanente.

El Gobierno quiere poner freno a unos contratos, los temporales extremos, que en Castellón no paran de crecer. En el 2018 lo hicieron un 12%, pero lo llamativo es que su peso se ha disparado en apenas una década, desde los 1.981 del 2008 a los 6.715 del último ejercicio. «La precariedad en la contratación va claramente a más y golpea más fuertemente a mujeres y personas jóvenes», apuntan desde UGT-PV. Además, la proliferación de trabajadores temporales se aceleró con la reforma laboral de 2012 y se ha extendido ya a prácticamente todos los sectores de la economía.

El Ministerio de Trabajo está dispuesto a plantarle cara a la elevada temporalidad y los inspectores también se han puesto manos a la obra. De enero a noviembre del 2018, la labor inspectora ha forzado la conversión en indefinidos de 1.435 ocupados contratados temporalmente en la provincia, a pesar de que su tarea se mantenía en el tiempo. O dicho de una manera más clara: cada mes Empleo descubre 130 falsos contratos temporales, cuatro al día. Además, la labor de los inspectores va claramente al alza, desde la conversión en fijos de 234 empleados temporales en Castellón en el 2012 a los casi 1.500 del año pasado. En total, 5.000 en los últimos seis años.