Sigue siendo uno de los actos más participativos de las fiestas graueras. No ha perdido ni un ápice de ese carácter castizo que desde sus inicios impregna las primeras horas del último fin de semana de los festejos graueros. Torrà de la sardina como testimonio y recuerdo a los pescadores, pero también como punto de encuentro de graueros y visitantes.

Un año más se ofrecieron en la lonja pesquera 600 kilos de pescado azul, regados con 600 litros de cerveza y acompañados de 400 barras de pan seccionadas en rebanadas para deleite de las miles de personas que quisieron disfrutar de una fiesta tremendamente popular. Las reinas de las fiestas de Sant Pere, Natalia Albert y María Gómez, y sus damas, fueron las encargadas de repartir este pescado azul que, a diferencia de otros años, procedía de las aguas del litoral castellonense.

El evento gastronómico está organizado por la Cofradía de Pescadores Sant Pere y cuenta con la colaboración desde el año 2008 de la peña El Fanal, cuyos miembros se vuelcan año tras año en la preparación, asado y sazonado de la sardina, en un alarde de arte culinario medido al milímetro.

Pero, sobre todo, una fiesta gastronómica que encierra el acervo y el ímpetu de los graueros en sus fiestas patronales, con un manjar salido de las aguas, sencillo pero tremendamente delicioso.

La corporación municipal casi en pleno, presidida por la alcaldesa, Amparo Marco, y con el teniente de alcalde del Grao, Rafa Simó, no quisieron faltar a esta cita que une al pueblo. H