La Asociación Española de Abogados Cristianos presentará hoy un recurso contencioso-administrativo contra la decisión del Ayuntamiento de Castellón de retirar la cruz del parque Ribalta, tras aprobar el presupuesto municipal que reserva una partida económica para ello. El colectivo llega a los tribunales después de agotar la vía administrativa por la que alegaron las cuentas.

Una alegación que fue desestimada en el pleno del 28 de febrero «por razones técnicas», aprobando el presupuesto de forma definitiva, con lo que se entiende que el proyecto para quitar el monumento continúa adelante.

OBSTÁCULOS

Además, interpondrán, junto con el recurso, la petición de medidas cautelares por el «riesgo real» que, entienden desde los Abogados Cristianos, existe de retirada del monumento. Y la presidenta de la asociación, Polonia Castellanos, advirtió que no descartan la vía penal, con querellas «por prevaricación» contra la alcaldesa, Amparo Marco, y contra la concejala de Cultura con competencias en materia de memoria histórica, Verònica Ruiz, «porque la del Ribalta es una cruz simplemente, sin simbología franquista, y quitarla sería un caso de prevaricación».

«En Castellón se está siguiendo la misma estrategia que en la cruz derribada en la Vall d’Uixó, y queremos activar todas las precauciones posibles para evitar que la quiten», manifestó.

Abogados Cristianos se arma así con todos los procedimientos judiciales que tiene al alcance para frenar el proyecto de retirada de la Cruz de los Caídos del Ribalta que tiene sobre la mesa el equipo de gobierno. Hoy por hoy, el secretario municipal está ultimando el informe jurídico que debe avalar que se quite el monumento en cumplimiento de la ley de memoria histórica, por tratarse de un «signo de exaltación de la guerra civil y la dictadura», como así lo consideró el Comité Técnico de Expertos de la Conselleria de Reformas Democráticas y Justicia, y lo mantiene también el Grup per la Recerca de la Memòria Històrica de Castelló.

A mediados de febrero, la concejala de Cultura anunció que el proyecto para eliminar el monumento ya contaba con la autorización de la Conselleria de Cultura, necesaria por tener afección a un bien de interés cultural (BIC) como es el Ribalta. La administración autonómica, según se deduce de los informes favorables, no vería impedimento ni para quitar la cruz ni para desarrollar el proyecto arbóreo en el lugar que ahora ocupa, recuperando el aspecto del parque de los años 30.

SIN FECHA

Una vez se disponga del informe del secretario, el bipartito tiene la obligación de abrir un periodo de alegaciones antes de materializar su proyecto. La edila de Cultura ha reiterado en varias ocasiones su intención de quitar «la Cruz de los Caídos mañana mismo si pudiera», pero los tiempos son los que son y a las puertas de unas elecciones, y con trámites todavía pendientes, todo apunta a que la retirada no sería antes del 26-M.