El puerto de Castelló acogió ayer un improvisado desfile de vehículos militares, sacados de una película de guerra, que regresaban a España tras años de servicio en el golfo Pérsico. Las instalaciones de la Autoridad Portuaria fueron el punto de entrada a España de 65 transportes bélicos y 108 contenedores que han formado parte de la operación Inherent Resolve , misión en la que las tropas españolas han formado y adiestrado desde el 2014 a soldados de Irak en la base militar Gran Capitán de Besmayah.

Tras desembarcar en el muelle de la capital de la Plana, esta flota de vehículos del Ejército de Tierra pasarán en los próximos días a departamentos militares de la zona de Valencia, según explica el teniente coronel Enrique Ángel Costas, para que sean destinados a distintos «parques» --talleres-- en los que revisarán e inspeccionar su estado. Después, se volverán a distribuir entre las unidades del Ejército.

Para movilizar toda la flota de vehículos, 70 militares, la mayoría de ellos conductores, se desplazaron ayer hasta PortCastelló, muelle escogido porque «cumplía con los requisitos necesarios, sus buenas comunicaciones y porque les venía bien a los operadores logísticos», detalla el militar, miembro del cuartel cuartel general de la Fuerza Logística Operativa, con sede en A Coruña. Esta división se ha encargado de dirigir y coordinar todas las labores relacionadas con el desembarque en la capital de la Plana.

Entre algunos de las decenas de vehículos que ha transportado el buque Jolly Vanadio , de bandera italiana, hasta la costa castellonense están los RG-31 Nyala, que son vehículos para transportar personal protegido contra minas y artefactos explosivos improvisados, o los Rec Maxpro, especializados para la recuperación de estos proyectiles. H