El interés de tres empresas, entre ellas la valenciana NRG Investment, por implantar nuevos proyectos eólicos en el Maestrat y Els Ports vuelve a dejar a rebufo a la Administración, que no ha podido todavía ajustar sus tiempos a las necesidades de las compañías para tramitar los posibles parques y que estos ofrezcan nuevas posibilidades de empleo e ingresos en las comarcas del interior castellonense.

De esta manera, aunque el Consell modificó en agosto del año pasado el plan eólico del 2001, la Agencia Valenciana de la Energía todavía no ha logrado definir las zonas que, en la Comunitat y en la provincia, son susceptibles de albergar nuevos proyectos. Así las cosas, los tres que actualmente ya están en tramitación para Catí, Morella y Ares se están encontrando con vacíos legales para avanzar hacia su consecución, reconoce el presidente de la Asociación valenciana de empresas del sector de la energía (Avaesen), Marcos Lacruz.

Es más, según Lacruz, lo ideal sería que no se definiesen zonas eólicas, «sino que se erradicase todo el plan, incluyendo las zonas». De esta manera, el dirigente de Avaesen pide avanzar hacia «una tramitación más rápida», que permita parques «más sencillos, con menos posiciones y menor impacto visual, menos intrusivos» en su entorno. Y estos se deberían analizar «uno por uno» dependiendo del lugar en que se desee instalar el proyecto.

No en vano, Lacruz cree que diferentes lugares de Castellón presentan «interés» para albergar nuevos proyectos de energías renovables y, aunque ve bien los pasos de la Conselleria de Economía Productiva, considera que se debería avanzar en otra dirección: «El modelo de grandes zonas está caduco, hay que acercar la eólica al ciudadano», apunta.

Perjudicados

Y es que, además, tras las dos megasubastas de renovables del Ministerio de Energía del año pasado, si no se lleva a cabo otra, algo que no se prevé en breve, confirman fuentes ministeriales, los nuevos parques no van a tener el beneficio de las adjudicatarias de estas megasubastas, que tienen un precio suelo (un mínimo por megavatio generado) para la electricidad que produzcan.

Así, los proyectos castellonenses tendrán que acogerse al pool de precios de la electricidad de cada momento. De todas formas, esto no preocupa demasiado a Lacruz, quien señala que esta diferencia competencial «no supone ningún problema», porque la tecnología ha hecho que ahora la generación de energía eléctrica a través del viento (y también del sol) sea rentable por sí misma.