Los graueros, y por ende, el resto de castellonenses volvieron a demostrar su pasión por los disfraces y unas infinitas ganas de pasarlo bien en el triunfo de Don Carnal sobre Doña Cuaresma. Fue en el Carnaval del distrito marítimo, que tuvo su máxima expresión en el colorista desfile que se adueñó de las calles del Grao.

Más de mil personas participaron en el cortejo, que fue presenciado por otras tantos miles de espectadores que se agolpaban a lo largo del recorrido oficial que incluyó las calles Churruca, Canalejas, Gravina y paseo Buenavista, donde terminó el pasacalle.

Ruletas, maniquíes, momias, tribus urbanas y atuendos que criticaban la actualidad más inmediata de la ciudad, así como el negro del Whatsapp y una caterva de disfraces imposibles de determinar dibujaron un alarde de ingenio y de imaginación recalcitrante. 47 comparsas, 19 de grupos reducidos y 27 grandes, así como una pareja, se intercalaron con 11 carrozas y dos charangas que dieron la animación constante a un cortejo que invadió el Grao de alegría y transgresión.

Tras el imponente pasacalle, la fiesta continuó en la plaza del Casal Jove con la actuación de los grupos El Sombrero de Color y Efecto Carajillo en una noche especial de Carnaval en la carpa de fiestas, con la participación también del disc jockey Peta. Asimismo, hubo noche remember en El Pati, con Manu y Carlos Remmember. Alegría y diversión que se prolongó hasta altas horas de la madrugada grauera.

los PROTAGONISTAS // Horas antes tuvo lugar el desfile infantil en el que participaron dolçainers i tabaleters y la Unión Musical del Grau. Centenares de niños disfrazados se sumaron a un pasacalle en el que no faltó la colaboración de la compañía Troupe Malabó con su divertido espectáculo El Gran Safari.

Asimismo, en diversos escenarios se complementó la fiesta más transgresora con magia, circo, charangas y animación. Más que nunca, el Carnaval del Grao tuvo su plenitud arrolladora con tres días de frenesí, locura y delirio a la espera de la penitencia. H