El senador y expresident de la Generalitat Alberto Fabra, único entre los exlíderes del Consell del PP sin imputaciones judiciales, ha acogido la detención de unos de sus predecesores en el cargo, Eduardo Zaplana, con «tristeza», «sorpresa» e incluso «estupefacción», sobre todo al conocer los primeros detalles sobre el alcance de la operación Erial.

En declaraciones en el Senado, Fabra admitió el golpe que para la «credibilidad» de los políticos del PP en la Comunitat Valenciana supone este nuevo caso de corrupción. Porque, según explicó, «la imagen que se traslada es que todo el partido de la Comunitat Valenciana es así, y ni muchísimo menos». El senador castellonense hizo hincapié en que son «situaciones del pasado» y dijo que el PP ha tomado medidas para que no vuelvan a ocurrir.

«El partido no tiene por qué ahora sufrir acontecimientos que pasaron hace muchísimo tiempo y que sin embargo afectan a la credibilidad de todos los que nos dedicamos a la política en la Comunitat», quiso subrayar.

Último presidente del PP en la Generalitat valenciana, entre el 2011 y el 2015, Fabra es también el único de los de su partido que no se ha visto salpicado por casos de corrupción, algo que para él no es especialmente «positivo» porque estas prácticas afectan «a todos», dijo, y ocultan la «vocación de servicio» de la mayoría de afiliados del PP.

«Llevo tiempo en política y entiendo que los cargos de deben ejercer con vocación de servicio y siempre para servir a los demás, no entiendo otra cosa», señalo, para añadir que es la «máxima» que mueve a la «inmensa mayoría» del partido y por ello le parece «muy triste» comprobar que «ciertos comportamientos».