El refrán popular donde hubo fuego, quedan cenizas, en su sentido más literal, es lo que pretenden evitar los ayuntamientos afectados por el incendio de la Serra Calderona, que arrasó casi 1.300 hectáreas. Y es que los alcaldes temen que los trabajos para regenerar la zona y las ayudas se dilaten en el tiempo, como ha ocurrido con el incendio que hace ahora un año puso en jaque la Serra d’Espadà.

Por ello, piden celeridad en las tareas y que las actuaciones no se demoren «años» en la zona.

El alcalde de Segorbe, donde las llamas devastaron 975 hectáreas (800 de ellas de masa forestal y el resto de cultivos), anuncia que reclamará indemnizaciones para los agricultores afectados y asegura que van «a pelear y a defender los intereses de los segorbinos damnificados», advierte.

El primer edil del municipio más afectado por el reciente fuego en la provincia reconoce que la respuesta a estas emergencias «no es, muchas veces, todo lo rápida que se querría» y aboga por que las administraciones «no dejen que esto se enfríe».

Visita

Magdalena, junto al edil de Agricultura, Luis Gil, ha visitado las zonas afectadas y recoge ahora todas las consultas de los vecinos damnificados, que se acercan a notificar incidencias o a preguntar sobre sus parcelas.

El primer edil de Segorbe se ha reunido con la consellera de Agricultura, Elena Cebrián, y el secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural, Francisco Rodríguez. La Conselleria se compromete a realizar a la mayor brevedad posible una mesa posincendio en Segorbe, con todos los alcaldes y administraciones implicadas. En el encuentro tratarán los temas de regeneración del territorio, ayudas a propietarios afectados y trabajos de prevención y mantenimiento de la masa forestal, tal y como informan desde el consistorio.

Preocupación latente

El alcalde de Segorbe reconoce su preocupación por el estado en que han quedado los parajes de su término. «Hay interés en comenzar a planificar de manera inmediata tanto la estrategia de regeneración como la atención a los vecinos. No tenemos que dejar que pase demasiado tiempo y vaya diluyéndose la tragedia que hemos sufrido», asevera.

El alcalde de Altura, Miguel López, donde ardieron 300 hectáreas de masa forestal, denuncia que el monte está «abandonado permanentemente» y señala que «no se ensucia de un año para otro», sino por la falta de limpieza «prolongada», puntualiza.

López confía en que la Generalitat actúe con diligencia para minimizar las consecuencias del último incendio forestal, pero alberga ciertas dudas, pues recuerda que en otros casos, como el fuego de Andilla (Valencia), «se han cumplido cinco años desde que las llamas arrasaron 23.000 hectáreas y aún no se ha hecho nada», indica. En Espadà la premura tampoco prima.