Las quejas vecinales no cesan y los alcaldes, especialmente de los municipios costeros de Castellón, suman a la preocupación por la reactivación de la temporada turística en pleno estado de alarma la preocupación reincidente de buscar soluciones urgentes ante la proliferación de mosquitos, acrecentada esta temporada por las lluvias periódicas y abundantes. Y coinciden en el mismo objetivo: hay que establecer un plan de vuelos para aplicar tratamientos aéreos, sin tener que esperar a que sea el último recurso, cuando el problema ya sea incontrolable.

Esta vez, a las denuncias de los particulares se suman las de los empresarios, como en Nules, donde el alcalde, David García, asegura que en la app municipal para notificar incidencias «estos días nos están llegando quejas también de los propietarios de terrazas». Locales que de momento solo pueden tener clientes en el exterior y que ven cómo los mosquitos se alían con el virus para complicar sus ya adversas circunstancias.

En Benicàssim, como recordó la alcaldesa, Susana Marqués, el pleno municipal aprobó una moción exigiendo más tratamientos aéreos, la misma postura que defiende su homólogo de Nules, quien asegura que «hace dos semanas» pidieron a Diputación que solicite a la Conselleria de Sanidad la autorización para realizar más vuelos, ya que es la administración competente.

En Burriana, el Partido Popular elevará al pleno de hoy una propuesta para exigir al PSPV los tratamientos aéreos encaminados a evitar otra alerta sanitaria.

Más al sur, tanto en Moncofa como en la Llosa, sus alcaldes, Wenceslao Alós y Ximo Llopis, mostraron su incomprensión con las reticencias a la hora de recurrir a vuelos que se realizan con productos inocuos para otras especies, pues aplican un tratamiento biológico.

UN PROBLEMA ANUNCIADO / Ya lo advirtió en su día Rubén Bueno, técnico de la empresa Lokímica que presta el servicio de control y tratamiento en gran parte de los municipios de la provincia y para la Diputación de Castellón. El primer vuelo autorizado el pasado 24 de abril iba a ser entre un 95% y un 100% efectivo contra las larvas --dependiendo de zonas--, pero si llovía de nuevo, el ciclo de reproducción de los insectos se retomaría y volvería a activarse la plaga. Poco se equivocaba: nuevas precipitaciones, más mosquitos y quejas extendidas por el territorio provincial.