El Ayuntamiento de Almassora y la empresa que ejecuta las tareas de peatonalización de la Vila modifican el cronograma de trabajo tras la suspensión de las fiestas patronales de Santa Quitèria, que permitirá acelerar la obra y cambiar el orden previsto.

De esta forma, el Grupo Ravi, adjudicatario del contrato, no se verá obligado a cubrir las zanjas y trabajar por tramos, como estaba estipulado inicialmente, para permitir el desarrollo de las celebraciones de mayo.

La reforma, valorada en 441.940,52 euros y financiada por el Ayuntamiento y las ayudas Feder de la Unión Europea al 50%, tiene un plazo de ejecución de cuatro meses y medio que ambas partes esperan cumplir, pese a la reciente paralización con motivo del estado de alarma. Lo harán con una planificación que permite consolidar la ejecución sin tener que tapar la calzada.

Así lo confirmó ayer la concejala de Urbanismo, Carmina Martinavarro, quien especifica que los operarios acometen las intervenciones en función de las necesidades actuales y no como estaban planificadas al principio.

La remodelación afecta a una superficie de 2.289,30 metros cuadrados, eliminando los bordillos con la finalidad de dejar la acera a una única altura en la que la accesibilidad quede garantizada a toda la ciudadanía.

ILUMINACIÓN ESPECIAL // El proyecto dotará de iluminación especial a la plaza de la Iglesia, junto a la fachada de la Natividad, para resaltarla respecto a la calle San Joaquín. Este punto incorporará dos zonas verdes con bancos y arbolado. Todo el casco antiguo sumará códigos de pavimentado para destacar datos como los edificios catalogados, los dotacionales y los de interés arqueológico.

En estos momentos, el plan se centra en la calle San Joaquín y afecta a las zanjas para el soterramiento de canalizaciones. La propia constructora se encarga de dotar de protección a los trabajadores contra el covid-19.