El alzhéimer roba poco a poco los recuerdos, hasta que llega un momento en el que el enfermo pierde su identidad e incluso la realidad que lo rodea. Alrededor de 15.000 castellonenses conviven con esta cruel enfermedad, cuyo principal factor de riesgo es el envejecimiento, como explica el presidente de la Asociación Provincial de Familiares de personas con Alzhéimer y otras demencias de Castellón (AFA Castellón), Emilio Marmaneu.

De ahí que castigue especialmente al interior de la provincia, porque presenta una población más envejecida en valores relativos que en la costa, donde hay una población más joven por efecto también de la inmigración. Además, señala, la mayor parte de los recursos para atenderla se encuentran en el litoral, mientras que en poblaciones pequeñas resulta más difícil llegar.

Aún así, «es mejor padecer Alzheimer en una población pequeña, porque la gente se conce más y el entorno está más humanizado. Aunque hay menos recursos, como trabajadores sociales o centros de día», explica Marmaneu.

Así, este reivindica que se cree un centro de día de alzheimer en cada cabecera de comarca para atender a los afectados. Según explica, en la actualidad existen cuatro instalaciones de estas características en Vinaròs, Vila-real, Onda y la Vall d’Uixó, abiertas con la ayuda de la Generalitat. A ellas habrá que añadir la que se inaugurará en la Pineda en Castellón próximamente. Junto a estas, hay nueve unidades de respiro en puntos como Nules, Almassora, Betxí, Orpesa, Torreblanca, l’Alcora, les Alqueries, Castellón y Grao. Los centros de respiro de Nules y l’Alcora están pendientes de convertirse en centros de día.

Marmaneu indica, además, como un avance la iniciativa de Diputación dentro del Plan Repoblem de impulsar unidades de respiro, que, si bien no son específicas para el alzhéimer, pueden constituir un servicio más para muchos mayores.

AFECTADOS // «Nos gusta hablar de afectados más que de enfermos, porque si bien estos presentan la patología en su cerebro, también la sufren los familiares, especialmente los cuidadores, por lo que hablaríamos de 50.000 personas», señala el presidente de AFA.

Para Marmaneu, es vital el diagnóstico precoz sobre todo para poder ayudar a a retrasar el deterioro cognitivo y que el paciente gane años con calidad de vida. Sin embargo, apunta, se tarda unos dos años en diagnosticarla. La diagnosis «es fácil, hay métodos. En la provincia de Castellón la unidad de diagnóstico precoz de demencias está en el Hospital La Magdalena», indica. Sin embargo, apunta que a veces es la propia familia la que tarda en acudir al sistema sanitario y otras los propios médicos de atención Primaria, que prestan más atención a las patologías físicas mientras los olvidos o fallos de memoria pueden pasar desapercibidos. Y además, señala, por desgracia las demencias son un tabú para parte de la sociedad española. El tratamiento farmacológico y la estimulación cognitiva son fundamentales para tratarla.